Yo conozco personas que ganan poco y están en paz —y no me refiero solo a lo espiritual (que por cierto, sí tiene que ver), sino a lo económico—, y a otras personas que ganan mucho dinero pero viven estresadas por las deudas. Y ahí radica la importancia de aprender a administrar bien tu dinero y hacerlo con inteligencia, no importa que no te lo hayan enseñado, es tu responsabilidad cambiar tu realidad.
Podemos tener solvencia económica, mas no un uso adecuado de nuestros recursos, y esto solo produce un estrés y una ansiedad que nos llevan a situaciones adversas en nuestra salud.
Yo considero que gran parte de la población únicamente necesita aprender y educarse financieramente para poder tener un mayor bienestar en su vida.
Ganar dinero es importante, pero no es suficiente. Quiero guiarte a través de mi filosofía sobre las finanzas para que, de una vez por todas, comprendas que administrar bien el dinero es mucho más poderoso que simplemente ganar más.
¿Qué vas a leer?
Ganar más no significa vivir mejor
Aquí quiero ser lo más simple posible: aumentar tus ingresos no es una vía única donde todo se soluciona mágicamente. Si no tienes la educación ni el autocontrol para prever posibles situaciones adversas, cuanto más ganas, más te endeudas. Por que en muchas ocasiones es un tema de hábitos de consumo, más que de un nivel adecuado de ingresos.

En la mayoría de los casos, no importa cuánto dinero ganes, pues sin un control sobre él, se diluye. Y aunque ganes más, no ves ningún progreso real. Bien podrías tener un «progreso», pero únicamente en apariencias, donde estás lleno de deudas para tener una vida llena de estrés y ansiedad o, peor aún, sin rumbo.
Según estudios realizados por Bank of America, en familias con ingresos de más de 150,000 dólares, hasta un 20 % tiene problemas económicos y viven el día a día. En familias con ingresos menores o iguales a 50,000, la tasa se eleva hasta un 35 %. En ambos casos, la raíz de todo mal es la falta de organización y administración del dinero, o en mejores palabras falta de educación financiera. (Fuente: CNBC).
Lo que yo quiero que entiendas, de una vez y por todas, es que todos, sin importar el país, si no tenemos suficiente educación en finanzas personales nos enfrentamos a los mismos problemas. Y esto ocurre en países como España, China, México, Perú y, por supuesto, mi querida República Dominicana.
¿Por qué no le alcanza el dinero a la gran mayoría? ¿Es porque ganan poco? Quizás, en algunos casos.
Pero la inmensa mayoría simplemente hace un despilfarro del dinero mes a mes y luego culpa a Dios, al diablo o al gobierno (que está más cerca), pero nunca asumen la responsabilidad de su vida. Y hasta que no lo hacen, no se dan cuenta de que nadie iba a salvarlos y que nadie más que ellos mismos tiene la culpa de lo que les ocurre.
Obviamente, hay excepciones. Hay personas que simplemente sobreviven y, ciertamente, hay personas que no han tenido las oportunidades para lograr salir adelante. Pero también, hazte las siguientes preguntas:
- ¿Por qué hay personas que vienen de la extrema pobreza y logran grandes resultados?
- ¿Por qué, inclusive, personas criadas con las mismas oportunidades —hermanos, por ejemplo— en su vida adulta son tan diferentes?
A todo esto no hay una única respuesta, no quiero pecar de simplista, pero si de algo estoy convencido, es de que se debe a la educación.
Pero yo no vengo únicamente a decirte qué está mal y por qué, sino que quiero brindarte soluciones:
- Idealmente, debes saber cuánto ganas, cuánto gastas y cuánto reservas de tus ingresos mensuales. La herramienta perfecta, y al menos así lo considero, es crear un presupuesto personal ideal para ti. Échale un ojo a mi plantilla, creo que te sería bastante útil.
- Deberías tener metas claras, y tu objetivo principal para tener paz mental y económica es construir tu fondo para emergencias. Te puede tomar un año o dos; todo depende de tu punto de partida, no te compares con otros por favor.
- Hacer el presupuesto no basta: debes cumplirlo y volverte celoso con los datos que te arroja. Si lo haces bien, te ofrece una verdad casi absoluta sobre tu situación, y cómo bien dice el dicho «la verdad duele».
- Aprende a gastar el dinero. Precisamente, ese es el objetivo máximo de llevar a cabo un presupuesto familiar o personal, y te aseguro que una vez aprendes a gastar, el ahorro llega en automático.
- Usa bien el crédito, no lo asumas como un ingreso extra. Aquí entra en juego aprender a jugar con lo que tienes. He hablado de la importancia de las tarjetas de crédito y cómo sacarles muchos beneficios; sin embargo, también a la hora de asumir un crédito debes hacer «tus numeritos» y saber si te conviene y si se alinea con tus objetivos.
Hay un par de errores que debes evitar:
- No hacerle seguimiento al presupuesto personal. El presupuesto te sirve para seguir tus gastos, y el que yo promuevo y hago para mí es uno con un estilo único en el planeta (modestia aparte), donde puedes ver de forma sencilla y fácil qué porcentaje representa cada gasto de tus ingresos. Pero, otra vez, el presupuesto por sí solo no te hace ser bueno: debes seguirlo, optimizarlo, controlarlo y no sentirlo como una obligación, sino más bien como un benefactor de tu bienestar personal o familiar.
- Ganas más, ahorra más. No te conformes con un 5 %, un 10 % ni siquiera con la regla del 17 %. Creer que no necesitas ahorrar más porque «ya ahorras» es un error. Siempre debemos aspirar a más, hasta donde nuestros objetivos lo hagan favorable, y se alinea con nuestras metas.
- Usar el aumento de ingresos para adquirir más deudas, lo que se conoce como la inflación del estilo de vida. Si ganas 24,000 pesos y vives con ello, y te aumentan a 26,000, no busques en qué gastar ese extra: mejor ahórralo.
- Confundir tener altos ingresos con riqueza. Y eso me recuerda una frase: rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
A todo esto, te harás la siguiente pregunta: «Bien, Daury, entiendo que debo ahorrar más, pero ¿hasta cuánto más?».
La respuesta es relativa. Si tienes un ingreso promedio, lo ideal es aspirar a un 10 % o, mejor aún, a un 17 % si es posible. Pero si tienes un ingreso alto, tal vez un 17 % sería mucho y quizás quieras destinar parte de tus ingresos a otras cosas, como viajar y adquirir experiencias de vida que al final son lo más importante, por ejemplo, o a deudas buenas con el objetivo de tener un mejor futuro.
Por eso me esfuerzo en invitar siempre a la reflexión, a que te conozcas y establezcas qué quieres hacer tú, no lo que te podría estar imponiendo tu entorno.
Repito algo que he dicho en innumerables ocasiones: yo he tenido momentos en mi vida en que he ahorrado el 0 %, pero con un objetivo (en ese momento estaba construyendo mi educación, en tecnología principalmente, con el fin de aumentar mis ingresos). Pero luego he tenido épocas donde he ahorrado el 30 % de mis ingresos.
O sea, cada uno de nosotros es un ser individual con situaciones y un punto de partida diferente, además de las oportunidades que cada uno tenemos y cómo las aprovechamos. No te compares con otros, y construye tu propio camino.
Dos personas, dos caminos (inclusive trabajan en la misma empresa):
- Luis gana 24,000/mes, pero gasta todo. Vive el día a día, como bien decimos. Tiene 24 años.
- José gana 20,000/mes, pero ahorra, invierte y planifica. Con el esfuerzo y sacrificio que eso conlleva, tiene 22 años.
Tal vez José no tiene tantos compromisos como Luis, pero créeme cuando te digo que Luis no nació con esos compromisos, los provocó él mismo; es su responsabilidad.
Cuando ambos lleguen a los 30 años, sin lugar a dudas José tendrá mayor bienestar si sigue así, y Luis, a menos que cambie, tendrá el síndrome de la queja crónica (es el termino que he creado para referirme a personas que se quejan de todo y por todo):
- «Mis papás no me educaron».
- «Si yo hubiese tenido X oportunidad…».
- «Este gobierno no sirve».
- «Eso es la envidia de la gente».
- «¡Dios, ayúdame!».
No es cuánto entra, es cómo lo distribuyes. Y mientras más temprano lo hagas, mayor será tu bienestar de cara al futuro y, por supuesto, alcanzarás mi palabra favorita ever and ever: libertad.
Ganar mucho ≠ tener libertad financiera: aquí está la verdadera clave
Tener finanzas con libertad (no confundir con libertad financiera, termino que ni siquiera es de mi agrado) no depende de ganar mucho. La clave, y creo que ha quedado clara hasta ahora, es que uses el dinero que ingresas de forma inteligente, que asumas tus responsabilidades y que, antes de actuar, pienses.
No importa cuánto ganes. Reitero lo que he dicho al principio: yo conozco personas que, inclusive teniendo ingresos medios o bajos, tienen muchas cosas materiales (casa, carro). Lo que han hecho estas personas, a menudo, es, en buen dominicano, «arroparse hasta donde la sábana les dé», y ciertamente, no permitirse ciertos lujos y establecer prioridades, aun sin la educación suficiente para saber lo que estaban haciendo. Pero lo hacen.
Lo que yo te propongo es hacerlo de forma inteligente y eficiente.

Bien podrías considerar otros caminos, pero estoy convencido de mi filosofía para con las finanzas: aprende a gastar el dinero y el ahorro llegará en automático; para darle seguimiento a tus gastos, debes tener un presupuesto personal ideal para ti (revísalo de forma semanal y mensual, 5 a 10 minutos); y, por supuesto, el dinero siempre debe estar invertido. Así de simple.
Ya luego entran en juego otras cosas, como separar cuentas (Método RAO) o establecer un monto aspiracional de ahorro como la regla del 17 %. Pero la base es educarte en finanzas y nunca dejar de hacerlo, compra libros, adquiere cursos, todo con el objetivo de aumentar tu nivel de conocimiento que en mayor medida será la causa de ampliar tus perspectivas y comprender que la situación actual de tu vida, la has provocado tu y que además tiene solución.
El control financiero debe ser algo tuyo, debe «salirte natural». Es un hábito que, una vez que comprendes todo lo que te beneficia, te hace sentir lo que muchos hemos sentido en diferentes ámbitos de la vida: «¿Por qué no lo aprendí antes? ¿Cómo no lo vi antes?».
Siempre es buen momento para empezar, y hoy es el día. Empieza de menos a más, haz el presupuesto personal como a ti te convenga, pero hazlo.
¿Ganas bien, pero sientes que no avanzas? Tal vez este artículo era justo lo que necesitabas.
Nos vemos, o nos leemos, palabra. — Daury