Un mes sin gastar: el reto que cambia tu relación con el dinero (DIETA FINANCIERA)

Si te propongo un mes sin gastar dinero, ¿qué pensarías? ¿Es algo extremo?

Ciertamente, es bastante difícil. Pero, ¡vaya!, es dura la vida, y a su vez, nosotros podemos ser más duros que ella.

Convertir el «mes de gasto cero» en una restricción total no es mi finalidad. Es una experiencia que podría transformar para siempre tu relación con el dinero. Estoy convencido de ello.

Más que dejar de gastar, se trata de reconectar con lo que ya posees, conocer tus limitantes, entrenar la gratitud y reprogramar tu mentalidad consumista.

Yo, en palabras sencillas, le llamo: dieta financiera.

¿Qué es la dieta financiera?

¿Y por qué escogí la palabra «dieta»? Porque muchas personas, erróneamente, asocian dicha palabra con la restricción de comida. Y para los fines de este reto, es eso: restringir nuestros gastos al máximo.

(Por cierto, se usa erróneamente porque «dieta» como tal no se refiere a restringir alimentos, sino a todo lo que comes. Pero eso es otra historia).

Entonces, para que más personas me entiendan, uso la palabra «dieta». Es, básicamente, un reset.

dieta financiera, o gasto cero en un mes
Photo by Thought Catalog on Unsplash

Al durar al menos 30 días gastando solo en lo que necesitas —o sea, lo esencial—, más que un castigo, es una oportunidad para no ir tan deprisa, hacer una pausa y reconectar con lo verdaderamente importante.

Recuerda que siempre te hablo de que «aprender a gastar» es un pilar, y no es casualidad.

Quien administra bien un solo peso, podrá hacerlo de igual o mejor manera cuando tenga millones.

Por favor, no olvides eso, porque en ello se basa toda mi filosofía de «Finanzas con Libertad».

Sé que suena a privación y a obligarte a hacer algo. Sin embargo, he de decir que la «dieta financiera» la he realizado varias veces en mi vida, sobre todo para ganar claridad, y sé que te puede servir mucho en ese aspecto.

El reto es simple: un mes sin compras no esenciales.

Dato: Practicar la gratitud reduce el deseo de comprar en un 25 %. Al ser conscientes de nuestros gastos, podemos tomar decisiones más acertadas y sentir mayor plenitud.

Realmente, estoy convencido de lo que te diré, y por ello te sugiero encarecidamente que, al menos una vez, intentes hacer una dieta financiera en tu vida.

«No es rico quien más tiene, sino quien menos necesita.» — Epicteto.

El consumista invisible: nos fascina gastar el dinero

He de hacer un mea culpa: yo soy igual que muchos otros, y es que nos encanta gastar el dinero. Ahora bien, aquí entra en juego la conciencia, y es lo que busco.

Todos llevamos un consumista dentro.

Si no me crees, fíjate en lo fácil y placentero que resulta gastar en esa noche fantástica con amigos, o en ese viaje soñado. A menudo duran horas o días, pero nos cuesta mucho tiempo ganar ese dinero.

Además, nuestro dinero se va en suscripciones que no usamos, en compras por impulso o en ese magnífico café diario.

«Cada pequeño gasto es una gota que llena (o vacía) tu libertad.»

Y es lo que quiero hacer ver. Mi herramienta secundaria es la dieta financiera, porque mi método principal es el presupuesto. Ambos son el dúo que podría mejorar tus finanzas del cielo a la tierra.

Un presupuesto te permite ver a dónde va el dinero, y una dieta financiera, varias veces al año, sirve para ampliar esa conciencia y empezar desde cero.

El propósito del mes de gasto cero

Repito por si no ha quedado claro: no se trata de ahorrar al extremo, sino de lograr una conciencia plena en cuanto al gasto.

Si logramos hacer una pausa y restringir nuestra mente consumista, tiene el poder de hacernos ver cosas que ni siquiera sabíamos que teníamos. Ahí radica su poder.

El reset financiero ofrece claridad y nos permite establecer prioridades de una forma muy sencilla.

Cómo se realiza una dieta financiera

Te voy a compartir el paso a paso para hacer una dieta financiera.

1. Define qué es esencial en tu vida. Te ayudo un poco: la comida, el transporte, los servicios (agua, luz, internet) y la educación.

2. Cancela o restringe todo lo demás. Listo, ya has empezado con la dieta.

Sí, solo dos pasos. Inclusive, en el primer paso debes tener cuidado. Me he topado con personas que gastan mucho dinero en internet. Aunque es algo básico, se podría buscar la vuelta y pagar menos.

Ejemplo: el gasto en internet El internet para mí es un derecho humano, pero realmente, podrías estar gastando mucho en ello.

mujer estresada frente a la computadora, y trabajando en sus finanzas personales
Foto de JESHOOTS.COM en Unsplash

En Estados Unidos, muchos pagan $35 o $50 por un plan de datos móviles. Sin embargo, a menudo no necesitan tanto. Si en tu trabajo y en tu casa ya tienes WiFi, ¿vale la pena un plan con 50 GB? ¿Qué tal si por $20 accedes a uno con 15 GB, que son suficientes? Ahí tienes un ahorro del 33 %.

En otros países como República Dominicana, la flexibilidad es mayor. Puedes tener una línea solo con llamadas y poner internet en forma de «paqueticos» cuando lo necesites.

Lo mismo pasa con el internet del hogar. Muchas personas tienen tres servicios porque «se ahorran» un porcentaje, pero a veces lo único que usan es el internet. Te aseguro que una conexión modesta de 20 o 40 MB (fibra óptica) es más que suficiente para la vida completa de la mayoría.

Ante todo, es prudencia, es conciencia y es análisis.

Ejemplo: el gasto en alimentación Muchas personas destinan cerca del 40 % de sus ingresos únicamente a alimentos. Ahí también hay un gran tema que debemos trabajar.

Uno de los grandes inconvenientes de la sociedad actual es el sobrepeso y la obesidad. Esta enfermedad viene de un consumo por encima de lo que necesitamos.

Muchas personas, al consumir más de lo que necesitan, lo que hacen es desperdiciar el dinero. Si yo me como al desayuno 4 sándwiches cuando realmente con 1 o 2 estaría bien, ¿qué estoy haciendo? Gastando más dinero en alimentos de lo que realmente necesito.

Entonces, si comemos con conciencia y de forma saludable, automáticamente vamos a ahorrar dinero.

Ponte a pensar: si cerca del 70 % de la población tiene sobrepeso, eso significa que una gran parte tiene un despilfarro del dinero.

Y cuando vemos estadísticas como que el 60 % de la población en Estados Unidos no tiene $1,000 para una emergencia, se pone de relieve que no es un tema de ingresos, sino de cómo gastamos el dinero.

Qué descubrirás durante el proceso

  • Días 1–10: Ansiedad y descubrimiento. Sabrás a dónde va gran parte de tu dinero.
  • Días 11–20: Creatividad. Empezarás a usar lo que ya tienes, a reparar y a buscar alternativas.
  • Días 21–30: Gratitud y enfoque. Te sentirás más agradecido, con mayor claridad y más ligero con la vida.

«No dejas de gastar, dejas de necesitar.»

No necesitas ir a sitios de moda ni tener la ropa de temporada. Al enfocarte en lo esencial, dejas de ser dependiente de lo que otros puedan ver en ti.

No gastar despeja la mente. Volvemos al punto esencial: la claridad.

Tendrás la capacidad de ver claramente no solo dónde va tu dinero, sino también de hacer «tus numeritos» y responderte a ti mismo: «si ahorro X cantidad durante un año, podría hacer esto o aquello».

Tu autoestima aumenta. ¿Crees que es coincidencia que la mente ocupe el primer lugar en mis finanzas personales? En la mente nace todo. Y el control que ganas al tener claridad y hacer tu dieta es de un valor incalculable para nuestro bienestar mental.

Qué hacer al terminar el reto

Nada dura para siempre, dicen, y estoy totalmente de acuerdo.

Aunque al principio de este artículo suene a castigo o restricción total, repito algo que ya dije: yo he hecho y sigo haciendo la dieta financiera en mi vida de forma esporádica, precisamente por los beneficios que hablamos.

Una vez que concluyas el reto, te sugiero considerar lo siguiente:

  • Evalúa lo que no extrañaste. Te aseguro que te sorprenderás.
  • Reintegra gastos con intención. Despacio. Introduce de nuevo algunos gastos que ya tenías. Considero que ahora tomarás decisiones más acertadas, y algunos de paso los eliminarás por completo.
  • Mantén un “día de gasto cero” semanal como recordatorio. Sé que costaría, pero incluso si puedes hacerlo una semana completa al mes —nada de gastar fuera, nada de salidas, simplemente chilling en casa o alguna actividad con gasto cero—, el efecto es poderoso.

¿Te animas a hacer la dieta financiera?

Lo primero que obtendrás será una mayor claridad sobre tus verdaderas necesidades. Será difícil los primeros días; para algunos podría ser un calvario. Pero si pasas el valle de la desesperación, los resultados podrían ser magníficos.

Lograrás un ahorro natural sin esfuerzo. Recuerda que yo considero que, al aprender a gastar, aprendemos a ahorrar. Sale de forma natural.

Tu relación con el dinero se transformará de forma duradera. Solo quienes hagan el reto podrán sentir la paz y la sensación de control que provoca. Y mejor aún si logramos extenderla a 2 o 3 meses; te aseguro que eso es otro nivel de bienestar.

Mi objetivo es que te vuelvas consciente de cómo gastas el dinero. No es un castigo ni una competencia.

En primer lugar, aunque te vas a restringir, es buscando disciplina. Y en segundo lugar, no hay nadie a tu alrededor. Estás solo. No es una competencia con el vecino o el amigo. Esto se trata de tu relación con el dinero y tu situación particular.

El error más grande es no saber definir qué es un gasto esencial. Por eso te lo puse sencillo. Si planeas hacer la dieta financiera incluyendo esa salida con amigos todos los fines de semana, mal vamos.

Cada situación que se te presente durante el reto te servirá como reflexión. De cada cosa puedes aprender. ¿O acaso crees que es casualidad que te brinde paz, claridad y conciencia? No, para nada. Eso viene del ejercicio más antiguo del ser humano: la introspección.

«La dieta financiera no se trata de negarte cosas, sino de darte cuenta de cuánto ya tienes. Cuando reduces el ruido del consumo, escuchas con más claridad lo que realmente importa.»

¿Te atreves a vivir 30 días sin gastar más de lo necesario? Tal vez descubras que la abundancia no se compra, se percibe.

Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.

Nos vemos o nos leemos, palabra. — Daury

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