Quien me lee constantemente sabe que para mí las tarjetas de crédito son la octava maravilla de la humanidad. Sin embargo, a menudo en los medios tenemos la opinión contraria: que son el mayor mal.
Bueno, querido lector, todo depende del cristal con que se mire. Yo intento apegarme a la verdad y ser objetivo.
La razón por la cual una persona habla mal de las tarjetas de crédito casi siempre se debe a una mala experiencia, que a su vez es producto de la falta de educación y del típico pensamiento de que es dinero «gratis».
Hay un miedo irracional, precisamente por esas personas con su paranoia de un sistema que los controla. Yo abogo por algo diferente que es la base de todo: educación y estrategia.
Quiero mostrarte cómo podrías ganar recompensas, mejorar tu historial de crédito y aprovechar beneficios ocultos sin caer en la trampa del pago de intereses.
La tarjeta no es el enemigo. La falta de control y educación, sí.

¿Qué vas a leer?
La fórmula para que el banco trabaje para ti (no al revés)
Esto lo digo para llamar tu atención, pero como en el casino, la casa siempre gana. Es decir, aunque tú ganes, el banco ganará más que tú, pero por un tema de proporcionalidad. Mientras el banco tiene millones de clientes y en cada uno gana un peso, tú eres uno solo.
Las tarjetas de crédito no arruinan a nadie. Lo que arruina es usarlas sin estrategia.
Imagina a Luis y a Carla. Ambos ganan 400 dólares al mes.
- Luis: usa la tarjeta de forma juiciosa. Gasta solo lo que puede pagar y nunca pasa de 100 dólares. Además, aprovecha ofertas y obtiene puntos porque tiene control.
- Carla: usa la tarjeta de otra manera. Piensa que es una extensión de su sueldo y que el pago mínimo es lo ideal. Cada mes es lo mismo.
Al cabo de 5 años, el historial de crédito de Luis ha subido y el banco le ofrece mejores préstamos y tarjetas. En cambio, Carla ahora tiene deudas que no puede pagar y busca consolidarlas para poder respirar.

¿Qué hizo Luis para gestionar bien su tarjeta?
En primer lugar, solo hay dos reglas:
- Nunca consumas algo que no puedes pagar.
- Siempre paga el total de la tarjeta en la fecha correspondiente.
Una persona que usa la tarjeta de crédito para ir al supermercado o para pagar el internet —gastos imprescindibles que de todas maneras ya iba a hacer— y paga completo en el plazo establecido, realmente no tendrá problemas nunca.
Pero para esto, se necesita educación financiera, y eso además requiere tiempo.
Además, obtiene otros beneficios:
- Un método de pago seguro. Siempre y cuando no se pierda de vista y se monitoree constantemente.
- Su historial de crédito sube rápido. Siempre y cuando consuma el 50 % o menos de su límite.
- Acceso a mejores opciones de crédito. Y a mejores tasas, precisamente por el buen historial.
- Acceso a ofertas y puntos. Beneficios exclusivos de cada tarjeta.
- Mejor control de sus finanzas. Si crea un sistema de seguimiento del gasto, tendrá mucho más controlados los gastos, que como bien sabes, para mí es fundamental.
El problema no es la tarjeta, es el piloto automático
En este punto debo aclarar algo que muchas personas pasan por alto: no es responsabilidad de los bancos darte educación sobre el manejo de tus créditos.
Se supone que eres un ser pensante y racional, y es tu responsabilidad conocer qué productos adquieres. Ellos se encargan de venderte el producto. ¿Me sigues?
- Las tarjetas no destruyen finanzas; lo hace la falta de estrategia y conocimiento.
- El marketing te quiere usando el crédito como “dinero gratis”.
Ejemplo: pagar el mínimo convierte cualquier compra en una trampa de intereses, una espiral casi interminable de deudas.
Nuestras emociones juegan un papel fundamental. Comprar cosas para que otros vean, tener una tarjeta de un color determinado para mostrar estatus o comprar porque «puedo y me lo merezco» son debilidades mentales.
¿O crees que es casualidad que para mejorar nuestras finanzas casi siempre recomiendo ir al psicólogo, o que el primer pilar de mi filosofía es la mentalidad?
No, no es coincidencia.
La psicología que debemos dominar con el crédito
Primero, ten en cuenta que no se «siente» el dolor al pagar con plástico. Algunas personas necesitan usar efectivo por un tiempo para volverse más racionales.
La dopamina, más la gratificación instantánea, desencadena un gasto sin conciencia y, por ende, una deuda improductiva.
Debemos ver la tarjeta de crédito como un medio para pagar, nunca como una extensión del sueldo o como una fuente de placer.
Los beneficios ocultos que pocos aprovechan
He de recordar que en muchos países latinos tenemos beneficios que, por ejemplo, no existen en países como España.
- Cashback, estrellas, puntos y millas: si pagas todo al corte, son recompensas reales. Es una retribución en dinero a tu cuenta.
- Seguros incluidos: de viajes, de protección de compras, de vehículo si alquilas o extensiones de garantía.
- Historial crediticio: mejora tu puntaje si mantienes un uso bajo (<50 %). Es la mejor herramienta para este fin.
- Ofertas exclusivas: descuentos en apps, delivery, gasolina, vuelos o tiendas por departamentos.
Dato: el 70 % de los usuarios no conoce los beneficios de su propia tarjeta (CNBC, 2023).
Cómo usar la tarjeta a tu favor (estrategia paso a paso)
No te dejes llevar por personas con una conspiración constante en sus cabezas. Te diré exactamente qué debes hacer para elegir la tarjeta ideal para ti:
- Elige bien la tarjeta. Busca cashback o un beneficio que se alinee con lo que quieres (descuentos, viajes), no solo “estatus”.
- Paga siempre el total. Interés cero = beneficio total. Solo compra cosas que ya ibas a pagar.
- Usa solo el 50 % del límite. Mejora tu puntaje y demuestra control. No te puedo explicar el porqué técnico de esta regla, pero créeme, es real.
- Configura alertas de pago. Elimina el error humano. Anota tus fechas de corte y de pago en el calendario.
- Centraliza tus gastos fijos. Gana puntos con lo que ya pagarías, pero no pienses que debes gastar más.
- Evita las compras emocionales. Tu tarjeta no es un consuelo, es una herramienta.
- Evita tener muchas tarjetas. Si tienes ingresos promedio, ¿para qué tener una tarjeta para viajes? Como regla no escrita, sugiero tener máximo 2 tarjetas si ganas menos de $1,000 al mes.
Caso real: mi experiencia
Uso tarjetas de crédito desde hace mucho tiempo y te aseguro que todas me salen gratis.
Tengo mi presupuesto y mi registro de gastos, y la tarjeta me permite no solo aprovechar ofertas y recibir de $500 a $600 al año en beneficios, sino que mi puntaje de crédito está por las nubes.
Y lo mejor: me facilitan la vida. Hay cosas que solo puedo pagar con tarjeta, como la publicidad o los servidores web de mis proyectos.
El truco no es ningún truco: simplemente, uso mis tarjetas para los gastos que ya tengo presupuestados (supermercado, gasolina, internet) y así obtengo el mayor rendimiento.
Mensaje: la disciplina convierte el crédito en poder.
No esperes que un banco te enseñe a sacarle provecho a sus productos. Es tu responsabilidad educarte.
Errores que debes evitar (aunque ganes puntos)
- Pagar el mínimo. Los intereses anulan cualquier beneficio.
- Sacar avances en efectivo. Las tasas son altísimas (6.25 % en promedio aquí en República Dominicana).
- Mezclar emociones con crédito.
- Perseguir recompensas que te hacen gastar más.
- No entender cómo funcionan las fechas de la tarjeta.
Un paréntesis sobre el pago mínimo

Yo nunca he pagado el mínimo, siempre pago el total. Sin embargo, he colaborado con personas a las que, por cuestiones varias, les he sugerido pagar el mínimo, y no se acaba el mundo.
Si te fijas en tu estado de cuenta, el interés de la tarjeta se aplica mes por mes. Aunque la tasa sea del 60 % anual, el interés de un solo mes es manejable. Se vuelve insostenible cuando pasan 4 o 5 meses pagando solo el mínimo.
¿Cuándo podría ser favorable hacerlo?
Piensa en Luis. Debe pagar $1,000 a la tarjeta (pago mínimo) y $3,000 a un préstamo (sin pago mínimo), pero solo tiene $5,000 disponibles. En un caso así, es mejor pagar el mínimo a la tarjeta y saldar el préstamo completo.
Evidentemente, Luis debe ponerse manos a la obra para pagar esa tarjeta lo antes posible. Pero el interés que pagará será escalonado, no todo de golpe.
El crédito puede hacernos progresar o hundirnos
«El dinero no se domina desde el miedo, sino desde la estrategia.»
Muchas personas tienen miedo a usar el crédito. La realidad es que a veces, sí o sí, debemos tomar crédito.
Mi objetivo es educar para que, cuando tomemos dinero prestado, seamos conscientes de las alternativas.
Las tarjetas y el crédito en general pueden ser un método para apalancar nuestro progreso o la forma de hundirnos más. Lo que determinará la diferencia es nuestro nivel de conocimiento.
No creas en todo lo que ves o escuchas. Analiza, profundiza e interioriza lo que es conveniente para tu vida.
Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.
Nos vemos o nos leemos, palabra. — Daury