Si de algo estoy convencido, es de que nuestras emociones son determinantes para nuestro bienestar, y eso, por supuesto, incluye al dinero.
Muchas veces, ya sea por ignorancia o por falta de educación —que es casi lo mismo, pero diferente—, infravaloramos el poder de lo que sentimos. No le prestamos atención a qué emoción nos domina ni a qué la provoca.
Y cuando hablamos de dinero, son muchas las emociones que juegan a nuestro favor o en nuestra contra.
Por ello, comprenderlas es primordial si queremos evitar el estrés y tomar el control de nuestras finanzas.
«Finanzas con Libertad» es mi filosofía para la administración de nuestro dinero. Mi objetivo no es que te vuelvas millonario o millonaria; más bien, quiero proponer algo más realista, más sosegado y más natural.

Quiero que aprendas a ser consciente de lo que implica el uso de tus recursos económicos, que seas inteligente con el gasto y, por supuesto, que tomes decisiones con conocimiento, o como me gusta decirle, «haciendo tus numeritos».
¿Qué vas a leer?
El tema emocional y el factor económico están mucho más conectados de lo que podríamos pensar a simple vista.
El dinero es como una relación de pareja: si la ignoras, se enfría. Y si lo usas solo para tapar vacíos emocionales, se corrompe hasta destruirse.
Sin embargo, si entiendes esa «relación», si la cuidas y la administras con calma, se podría convertir en tu mejor aliado, sin lugar a dudas.
Las emociones tienen tanto poder en nuestras finanzas como las matemáticas de «hacer tus numeritos». Y lo mejor de todo es que puedes mejorar esta relación sin estresarte, únicamente comprendiendo el porqué de las cosas.
Paso 1: Reconoce la emoción detrás de cada gasto
Reitero algo que ya es parte de mí: muchas personas no es que tengan pocos ingresos, es que malgastan el dinero. Y para darnos cuenta de estas actitudes, que son maléficas para nuestras finanzas, debemos autoanalizarnos.
Antes de gastar, pregúntate: ¿por qué motivo estoy haciendo esto?
Muchas veces no gastamos por necesidad, sino por:
- Ansiedad
- Tristeza
- Euforia
Si te fijas, son sentimientos que nos provocan gastar de forma impulsiva. Gastamos para sentir un alivio (el famoso «porque puedo y me lo merezco») o porque el dinero fácil y el gasto rápido nos motivan.
La solución es educarnos financieramente. Solo así podremos hacer un análisis crítico y objetivo para determinar si realmente necesitamos ese producto o si solo estamos actuando por una emoción del momento.
Paso 2: Cambia la culpa por conciencia
Todos somos propensos a cometer errores, si lo sabré yo. Pero de nada sirve autocastigarte y hablarte mal con frases como «gasté mal otra vez» o «no sirvo para hacer los numeritos que dice DiCaprio».
Ese diálogo interno solo provoca exactamente lo que queremos evitar: el estrés.
La clave es tener un mayor nivel de conciencia, sin juzgarnos con demasiada dureza. Por supuesto, esto no significa caer en el extremo de la complacencia y repetir «no pude, no pude» cada mes.

Debemos esforzarnos en lograr las cosas, aceptando que caeremos en uno que otro momento. Lo importante es entender que estamos dando lo mejor de nosotros.
Para evitar caer siempre en los mismos errores, ayúdate de herramientas. Toma papel y lápiz, una libreta si quieres, y registra allí todos —y cuando digo todos, me refiero a absolutamente todos— tus gastos personales y del hogar.
El truco está en mirar esos datos como información, como una herramienta, y no como un castigo o una razón para sentir pena.
El dinero no es tu enemigo; es solo un reflejo de tus decisiones. A mayor nivel de conciencia sobre tus gastos, mejores resultados obtendrás.
Paso 3: ¿Para ti qué significa «vivir bien»?
No me respondas a mí. Una de las virtudes que busco desarrollar, tanto en mí como en quienes me brindan el honor de escucharme, es la honestidad.
Sé honesto contigo mismo y respóndete a ti, solo para ti. Nadie te está viendo y nadie va a juzgarte.
Digo esto porque, en muchas ocasiones, vivimos según las expectativas de otros.
- ¿Realmente necesitas el celular último modelo?
- ¿Ese gasto que te brinda tanto placer es por presión social o porque realmente lo quieres?
- ¿Gastar en ese restaurante de moda te acerca a tu felicidad o es una simple moda?

Te sugiero hacer una lista con al menos 5 cosas que te brinden bienestar real. A modo de inspiración, te comparto la mía, pues evidentemente no tienen por qué ser las mismas que las tuyas:
- Amo y disfruto ver anime. Aunque son dibujos, tienen un gran mensaje. Tengo mis «noches de anime» con mi proyector en pantalla grande y palomitas. Eso me brinda un placer tremendo.
- Correr en el malecón. Voy seguido, hago 2k o 5k, y me sirve para relajarme. Me encanta el mar.
- Disfruto muchísimo mi trabajo. Aún cuando trabajaba en una empresa tradicional, y más ahora que soy «mi propio jefe», siempre le busco la vuelta, en buen dominicano, y disfruto lo que hago.
- Comer comida real y saludable. Podría sonar a cliché, pero literalmente disfruto mucho el beneficio a nivel de salud que me ofrece. Llevar una dieta equilibrada y prepararla es algo fenomenal para mí.
- Aprender de forma constante. No creo que debamos ser buenos en una sola cosa. El conocimiento no ocupa espacio; al contrario, a medida que más aprendo, más espacio siento que tengo. Siento que todo se relaciona: la salud financiera se parece a la salud física. Creo más en el razonamiento lógico de cada materia, y el brindar nuestro mejor esfuerzo en obtener resultados.
Lo que te sugiero es que explores qué es lo que realmente te gusta y disfrutas.
Alinea tus gastos con esas actividades. No tienes por qué seguir lo «tradicional», que a menudo es simplemente una construcción de la sociedad, no tuya. La sociedad tiene cosas buenas, pero no todo te servirá a ti.
Paso 4: Construye tus hábitos financieros poco a poco y sin presión
No necesitas alcanzar el «nivel pelfet» en tu vida. A veces soy muy exigente, y por cierto, este término lo utilizo para referirme a lograr lo mejor de nosotros mismos a través de nuestro mayor esfuerzo, no a la perfección literal.
No es necesario ser un experto en finanzas ni tener un plan grandioso con detalles milimétricos. Debemos empezar de a poco, dominar una cosa y luego pasar a la siguiente.
- Empieza ahorrando 100 pesos por semana ($1.7 dólares). Obviamente, debemos aspirar a más, pero como se dice en República Dominicana, «la gallina llena el buche (boca) de grano en grano».
- Automatiza el ahorro, aunque sean montos pequeños cada mes o semana.
- Tómate 20 minutos los domingos para revisar tus cuentas y evaluar los gastos.
- Empieza anotando los gastos de un solo día, y luego ve aumentando.
«Cuidado con los pequeños gastos; una pequeña fuga hunde un gran barco.» — Benjamin Franklin
Son muchas las formas en las que podemos empezar en pequeño. A medida que vamos comprendiendo, esos hábitos se vuelven más especializados.
Sin ir más lejos, yo empecé con un Excel de dos columnas que ni se veía bien. Al cabo de un par de años, aprendizajes y algunos errores, hoy mi plantilla de presupuesto personal es hasta un método de obtención de ingresos para mí. Es sencilla pero potente, compleja pero simple a la vez. Y todo empezó con algo pequeño.
Es como aprender a correr: primero gateas, luego das un par de pasos, después caminas, y solo cuando tienes experiencia y equilibrio, puedes correr.
La clave de todo es la constancia. No es ni siquiera la calidad de lo que haces al principio, ni la cantidad. Nuestros primeros pasos en cualquier cosa suelen ser muy malos.
Aprende rápido que el dinero es una herramienta, no el fin
Sí, yo sé que el dinero es importante. Pero comúnmente lo vemos como un fin en sí mismo. Cuando cambiamos la mentalidad y lo vemos como lo que es —una herramienta para construir bienestar y paz mental—, parte del estrés que nos provocamos desaparecerá paulatinamente.
El dinero no mide tu valor, espero que nunca lo olvides. En cambio, tú sí debes medir las elecciones que haces con él.
No gastes para llenar un vacío; invierte para crear tranquilidad. Ese bienestar, esa calma que anhelamos, no vendrá de tener más cosas, sino de decidir mejor.
Hago hincapié en algo, y esto es únicamente una teoría mía:
La mayoría de nosotros vivimos en una depresión constante, producto de las decisiones que tomamos basadas en el mero impulso, sin tomar en cuenta nuestras emociones.
Nos dejamos arrastrar por una sociedad que, aunque tiene muchas cosas buenas, no todas lo son. Lo anormal, en mi opinión, es estar fuera de esa «depresión crónica».
Te invito a esforzarte por salir de ese círculo vicioso, materialista e individualista. Te invito a ser un poco «raro», como lo soy yo. Pero hacerlo es una declaración de guerra, y como toda lucha, requiere un esfuerzo grandioso de nuestra parte para salir airosos.
Para ser rebelde necesitamos aprender de forma constante, ser amables, compasivos y conscientes. Y, además, realizar un esfuerzo inconmensurable por alcanzar lo que queremos, sabiendo que vamos a tropezar. Pero mientras más temprano tomes la responsabilidad de tu vida, mejor será para ti.
El dinero puede ser fuente de estrés o de libertad. La diferencia no está en cuánto ganas, sino en cómo te relacionas con él cada día.
«La mayor riqueza es desear poco.» — Séneca
Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.
Nos vemos o nos leemos, palabra. – Daury DiCaprio