Transforma tu deuda universitaria en tu mejor inversión

Millones de personas sienten que su título universitario, en vez de abrirles puertas, se convirtió en una factura interminable. Eso, querido lector, es una realidad en casi cualquier país. La deuda universitaria se ha convertido en una pesada obligación para muchos graduados.

Causa estrés financiero y, por supuesto, es complicado. Pero no es tu culpa del todo.

Aunque se estudia para «ser profesional», prácticamente en ningún lado se nos enseña sobre el dinero ni sobre lo que realmente adquirimos al asumir este tipo de responsabilidad.

La promesa es sencilla pero potente: el estudio es lo único que nos sacará de la pobreza o mejorará nuestro nivel de ingresos. Y es 100 % verdadero.

Sin embargo, hay que apreciar la «letra pequeña» antes o después de dar el paso.

La cruda realidad en datos

En EE. UU., el promedio de deuda estudiantil supera los $38,000 por persona (Federal Reserve, 2024).

En España, el 45 % de los jóvenes con estudios superiores dice que tarda más de 5 años en estabilizar sus finanzas (INE, 2023).

En México, el 60 % de los graduados trabaja fuera de su área profesional, lo que afecta el retorno de la inversión educativa (IMCO, 2024).

En República Dominicana, el 70 % de los egresados universitarios gana menos de RD$35,000 (600 USD) mensuales durante sus primeros años (ONE, 2023).

Pero no todo son malas noticias

deuda universitaria y como nos afecta mentalmente
Photo by Pang Yuhao on Unsplash

A pesar de todo, los estudios también muestran que tener un título aumenta los ingresos un 40 % en promedio a lo largo de la vida laboral.

La clave está en esta frase: si se usa estratégicamente.

El inconveniente que muchos presentan es el «cómo». Pero de que es favorable para nosotros, sí que lo es.

«Estudia y triunfarás»

El sueño se simplifica en esa frase prometedora. Pero esta afirmación, si bien es verdadera —yo mismo la promuevo—, no se traduce igual para todos.

Porque, repito, todo depende del cómo.

Las universidades son costosas, y con razón. Se requiere de infraestructura física, docente y tecnológica para poder formar a un estudiante apto para el mercado.

Pero si a eso le sumamos la falta de educación financiera, el resultado es una deuda creciente que no parece que vaya a parar.

A todos se nos repite «estudia y triunfarás». No debemos sentirnos culpables por seguir ese camino llamado «el correcto».

Nos prometen éxito, pero lo único que muchos consiguen son pagos mensuales interminables.

Y si a eso le sumamos la baja tasa de inserción laboral de algunas carreras, el panorama es aún más penoso.

En muchos países se estudia por estudiar. A veces, se elige algo que, al finalizar el ciclo, ni siquiera tendrá una demanda adecuada en el mercado.

Por cierto, te invito a investigar qué se necesita, a estudiar con intención y a buscar algo que te guste. Créeme, se puede encontrar un punto de equilibrio.

La verdad incómoda: no todo título es una inversión rentable

En economía existe un concepto que, te aseguro, usas toda tu vida aunque no lo conozcas: el ROI o retorno sobre la inversión.

Como su nombre indica, se refiere a que, si yo invierto $100 en algo, ¿qué recibo a cambio después de costos y demás?

Esto es algo que debemos aplicar, inclusive, en el aspecto educativo. Si estudio esta carrera, ¿qué beneficio recibiré sobre mi inversión? Gastaré X cantidad de dinero, pero ¿qué podría obtener a cambio?

Ya hemos hablado innumerables veces sobre la deuda consciente («buena»). No todas las deudas son malas, pero deben tener un análisis previo y un propósito.

Una licenciatura que te cuesta, qué sé yo, unos $20,000, puede ser rentable si genera ingresos por encima de lo que tuviste que invertir. Pero no si se desaprovecha.

La educación es rentable si aplicas tus conocimientos y experiencia. Y mejor si analizas la demanda de esa carrera antes de ingresar.

Aquí y allá se estudia mucho por simplemente estudiar. Y no está del todo mal, porque en el camino podemos redirigir nuestro objetivo.

El problema es que, para muchos de nosotros, la educación es la única salida de la pobreza. Y si elegimos por pura emoción o pasión, sin tener en cuenta aspectos como la demanda que tiene dicha carrera, mal vamos.

Hay muchísimas carreras —desde contabilidad hasta mercadeo o idiomas— que, gracias a la IA, no se necesitarán tanto en el futuro.

Pero, ¿adivina qué? Otras serán más demandadas y sus ingresos serán de alto valor, como ciberseguridad, programación o ciencia de datos.

¿Es necesario que todos estudiemos tecnología? No, la verdad. Sin embargo, todo girará en torno a ella. Desde un contador que necesitará de la IA para analizar datos, hasta un agricultor que necesitará la tecnología para eficientizar su trabajo. ¿Me sigues?

Tienes todo el derecho de elegir lo que más te parezca. Sin embargo, te sugiero encarecidamente que te enfoques en la tecnología. Si antes abarcaba todo, hoy en día y de cara al futuro lo hará diez veces más, gracias a la IA.

Estrategias reales para tomar el control de tu deuda

Si eres como la mayoría y estás endeudado por tu carrera universitaria, hay diferentes caminos que podrías considerar para «tomar el control».

1. Consolida o refinancia. Podrías buscar mejores tasas en otros proveedores o refinanciar con el mismo. Esto puede reducir tus pagos considerablemente. Sin embargo, solo debe hacerse con un plan claro, no como un simple parche para el estrés financiero.

2. Busca un plan de pagos según tus ingresos. Depende del país, pero idealmente, los pagos no deberían superar el 15-20 % de tus ingresos. Es crucial saber, de forma consciente, cuánto tiempo durará la deuda.

3. Investiga programas de reducción. En prácticamente cualquier país se puede acceder a una reducción de los pagos por méritos, por ingresos bajos o por programas especiales. Busca este tipo de propuestas y aprovéchalas.

4. Automatiza los pagos. Evita intereses adicionales y mejora tu historial de crédito. A veces, se nos olvida pagar aun teniendo el dinero. Tácticas como estas pueden apaciguar posibles complicaciones.

5. Prioriza la deuda más costosa. Usar el método «bola de nieve» o «avalancha» es sumamente provechoso para nuestras finanzas. Es una forma sencilla de enfocar nuestros esfuerzos si ya tenemos la deuda.

A medida que avanzamos, nos damos cuenta de que «estudia y triunfarás» es real, pero debemos analizar la deuda estudiantil antes de tomarla para que no se convierta en un lastre.

Si ya tienes la deuda, una buena práctica es vincular cada pago con una recompensa emocional. Piensa: «cada cuota me acerca a mi libertad».

Como siempre digo, la mentalidad financiera es fundamental para una buena relación con el dinero.

Convierte tu título en una fuente de ingresos

Hay cosas que podrías hacer a la par de buscar un empleo en tu área.

mujer sujeta monedas y habla de hacer un cambio en como usamos el dinero quiere decir la inflación
Foto de Katt Yukawa en Unsplash

Evalúa tus habilidades y pregúntate: ¿qué sé yo que otros pagarían por aprender? El ejemplo principal es un segundo idioma, como el inglés o el francés.

Considera enseñar, dar consultorías, redactar, analizar… son muchas las formas en las que puedes aplicar tus conocimientos y, al mismo tiempo, obtener otra fuente de ingresos.

Ejemplo: un ingeniero que crea tutoriales de Excel en YouTube y termina ganando más que en su empleo formal.

Y así podría seguir con una larga lista de ejemplos.

Lo que tienes que tener en cuenta es que debes «buscarle la vuelta», en buen dominicano. No te quedes parado esperando que las oportunidades te lleguen a la puerta; ve tú y toca cada bendita puerta que puedas.

«Tu título puede trabajar para ti incluso fuera de una oficina o un trabajo formal.»

El cambio mental: de víctima del sistema a estratega financiero

Yo tengo un problema, y creo que es obvio, con aquellas personas que se ven como víctimas de un supuesto sistema que los quiere pobres.

El primer paso es asumir nuestra responsabilidad.

Repetimos «el camino correcto» que nos enseñaron y tomamos decisiones sin conocimientos financieros. Y aunque podría haber otros culpables, en todo momento podemos cambiar el rumbo.

Lamentablemente, la mayoría termina con pagos mensuales interminables. Y mientras más desarrollado es el país, peor es.

El primer paso no es pagar; es cambiar la historia que te cuentas sobre el dinero.

Practica la gratitud financiera: en lugar de odiar la deuda, conviértela en un motor para la acción.

tarjeta de credito y persona sonria por usarla bien
Photo by Vitaly Gariev on Unsplash

Evidentemente, ninguna «manifestación» ni mentalidad de abundancia servirá de nada si no tomamos acción al respecto.

Evaluar nuestra situación actual, ser conscientes y actuar en consecuencia de lo que queremos lograr son los pasos a seguir si queremos equilibrar la vida.

«No cargues tu título como una cruz; llévalo como una llave.»

Como te mencioné, puedes acceder a muchas más cosas de las que crees: pagar más rápido, obtener nuevas fuentes de ingresos…

El fin es verlo todo en perspectiva y asumir los errores, de ser posible, con total honestidad y responsabilidad.

Tu deuda no es una sentencia, es una etapa

Repito: todo depende de nuestra mentalidad, y con el dinero, lo es aún más.

Lo que sientes hoy como una carga o un hecho adverso puede ser, realmente, el camino para construir tu libertad.

No se trata únicamente de pagar lo que debes, sino de usar lo que aprendiste para multiplicar tus opciones.

Toma riesgos, obtén nuevas habilidades y adáptate a esta etapa de la sociedad donde todo gira en torno a la tecnología. Créeme, la tecnología es tu mejor aliada.

Cuando dejamos de culparnos o de ver la deuda como un castigo, y la vemos como una inversión (mal hecha, quizás, pero hecha con el conocimiento que teníamos en ese momento), es ahí, y solo ahí, cuando tomas el control de tu historia.

Necesitamos menos víctimas del sistema, donde siempre el otro es el culpable.

Necesitamos más personas responsables y empoderadas que procuren lograr las cosas, no únicamente desearlas.

Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.

Nos vemos o nos leemos, palabra. — Daury

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