¿Las deudas son malas o son buenas?
Lamentablemente, muchas personas estamos en un extremo o en otro.
En algunos casos, se nos dice que al endeudarte estás regalando tu dinero. En otros, y más aquí en República Dominicana, se nos repite que para poder tener algo en esta vida hay que «hacer líos», o lo que es lo mismo, tomar prestado.
Si me lees habitualmente, sabrás que yo siempre hablo de equilibrio.
Y ese equilibrio se traduce en un «depende». ¿Y de qué depende, Daury?

De eso precisamente quiero hablarte hoy. De cómo una deuda puede ser el trampolín para mejorar tu vida o, por el contrario, para empeorarla.
Todo se reduce al propósito de esa deuda, y no tanto al hecho en sí de tomar dinero prestado.
¿Qué vas a leer?
El lado negativo del crédito: pedir prestado para el placer
Aquí en República Dominicana, y en otros lugares del mundo, se repite de generación en generación que «el pobre, para poder tener algo, debe hacer líos», o lo que es lo mismo, pedir dinero prestado.
Esa frase tiene un matiz importante en nuestra cultura. Llega a creerse que, para tener algo de valor, primero hay que buscar prestado y ya luego el dinero aparecerá. Y para ser justos, esta frase tiene un poco de verdad; solo debemos usarla de la forma correcta.
Pero, como digo una cosa, digo la otra: el 90 % de las veces se usa indiscriminadamente y sin ningún propósito. Y ahí está el problema real.
Endeudarse por el placer de hacerlo, porque quiero esto o aquello de forma inmediata, es un error.
Conozco, y es algo que nos atañe a toda Latinoamérica, que muchas personas toman préstamos de consumo para:
- Irse de vacaciones.
- Solucionar un imprevisto.
- Extender sus ingresos del mes.
- Darse «gusticos».
Y realmente, en el buen sentido, todos estos comportamientos son una completa estupidez.
Es estúpido pedir prestado el 100 % de lo que necesitas para irte de vacaciones. Estamos pagando un interés promedio muy alto, digamos más del 30 %, por disfrutar dos o tres días en un resort o irnos a otro país.
¿Qué sería lo ideal en estos casos?
Planifica, ahorra y luego gasta. Así de sencillo.
Si creamos un plan y sabemos que el año próximo queremos ir a un lugar determinado y gastaremos mil dólares, lo ideal es ir ahorrando 100 dólares cada mes (y mejor aún si los vamos invirtiendo).
Cuando tenemos el plan y el ahorro listos, entonces ahí gastamos. No por un impulso de que «todos se van de vacaciones y yo también debo hacerlo», tomando un préstamo un mes antes.
«¡Pero Daury, son solo 10 dólares más al mes y yo lo puedo pagar!».
Bien, querido lector. Yo no busco que no te des tus merecidas vacaciones. Lo que quiero es que seas consciente de lo que estás haciendo.
Yo sé muy bien que $10 extras al mes es casi insignificante, sobre todo mientras más ganamos.
Pero haz el siguiente cálculo: si pagas $10 extras al mes sobre una cuota de $100, al cabo de un año habrás pagado $1,320 por un viaje de $1,000. Es un extra de $320, lo que equivale a un 32 % de interés.
Para que tengas una idea, en el mejor de los casos (promedio), una persona invirtiendo su dinero puede obtener un 10 % al año.
Si cada año financias tus vacaciones, significa que estás destinando un 30 % al pago de intereses. ¡El triple de lo que se gana en promedio al invertir!
La alternativa inteligente
¿Qué pasaría si, en vez de tomar prestado, haces un plan e inviertes esos 100 dólares cada mes a una tasa del 10 %?
Al llegar la fecha o la cantidad deseada (10 meses), probablemente tendrías $1,100, o sea, $100 extras que podrías utilizar para más experiencias durante tu viaje. ¿Me sigues?
Y aquí llega el equilibrio. Bien, no pudiste ahorrar los $1,000. Pero, ¡vaya! Si al menos lo intentas y logras la mitad, unos $500, y tomas el restante prestado, es algo entendible. Igualmente pagarás intereses, pero mucho, mucho menos.
Lo que quiero es que seas consciente de lo que representa cada gasto y el coste de oportunidad que conlleva.
En el mundo ideal, y así lo intento yo:
- Primero, ahorra para tus vacaciones y luego gástalo sin pena.
- Si no puedes ahorrar el 100 %, busca un crédito personal con la menor tasa posible y no tomes más del 30-50 % del costo total.
La deuda como parche para la falta de planificación
Para los imprevistos El tema de los imprevistos no se puede solucionar al 100 % con simple planificación. A veces, nos pasan cosas a las que realmente no podemos hacerles frente.
Pero piensa en tener un fondo para emergencias. Yo lo considero la primera meta financiera que cualquier persona debería tener.
Se basa en acumular, como mínimo, 2 meses de tus ingresos con el objetivo de hacerle frente a esos hechos que, queramos o no, nos sucederán. Si buscas mayor estabilidad, establece una meta de 6 meses o, incluso, un año. Eso te brinda la tranquilidad para afrontar la adversidad.
Para extender el ingreso mensual Normalmente, si una persona llega a hacer esto, es porque no cumple una regla fundamental: nunca gastes más de lo que ganas. O bien, hace un mal uso de sus recursos.

Aquí entran en juego algunas creencias: «es que yo soy pobre», «es que yo estoy sobreviviendo». Pero te aseguro, en base a lo que he investigado, que muchas personas no tienen un problema de ingresos, sino de cómo gastan el dinero.
¿Crees que es casualidad que mi eje principal en «Finanzas con Libertad» es aprender a gastar?
¿O crees que es casualidad que en sociedades como Estados Unidos o España, donde presumimos que están muy adelantados, gran parte de la población tiene la misma queja y vive, a nivel económico, de la misma forma?
En Estados Unidos, el 60 % de la población no tiene $1,000 ahorrados para cubrir una emergencia.
En España, el 35% de los hogares sobreendeudados lo están por préstamos de consumo.
Allá, al igual que aquí, se vive de cheque en cheque. ¿Y por qué? Porque las falencias en educación financiera no tienen fronteras.
Si ingresas a periódicos o portales de internet, la queja es la misma en todas partes:
- «Políticos corruptos».
- «El sueldo no alcanza».
- «Los alimentos suben de precio, pero el sueldo no».
- «Las casas son inasequibles».
Igualito que en Latinoamérica.
En Latinoamérica, 41% de los créditos se destinan a consumo, no a inversión.
Te repito, porque quiero que quede bien claro: a muchos no nos afecta un tema de ingresos, sino de cómo gastamos el dinero.
Y no voy a romantizar la pobreza. Yo sí sé que hay personas que no viven, sino que sobreviven. Pero estoy casi seguro de que tú, querido lector, no estás en ese renglón, solo por el hecho de que me estás leyendo ahora mismo.
Pero también piensa: ¿cómo es que hay personas que vienen de la extrema pobreza y progresan? Mi mayor ejemplo es mi madre. Teniendo menos oportunidades y peor educación que otros de sus familiares, logró progresar muy por encima de la gran mayoría no sólo de sus familiares sino de toda su gerenación. ¿Cómo se hace eso, Daury?
Es complicado de explicar. Es una mezcla de autoestima, optimismo, fe, esfuerzo y disciplina. Sin embargo, quédate con esto en la mente: nosotros somos lo que pensamos. La mente es nuestro superpoder, pero para poder ejecutarlo, necesitamos educarnos.
El lado positivo del crédito: cómo endeudarse para crecer
No todo es ver las cosas malas de la vida. Cada cosa, por increíble que parezca, tiene un lado bueno. Créeme que me cuesta admitirlo, porque incluso a mí, que he cultivado esa virtud, a veces me cuesta creerlo.
Los errores que previamente mencionamos al tomar un préstamo se pueden convertir en nuestra mayor herramienta para ejecutar acciones más conscientes.
Podemos aprender a tomar prestado para crecer. Es, básicamente, cuando utilizamos la deuda para hacer en meses ciertas cosas que, de otra forma, podrían tomarnos años.
El crédito puede ser una herramienta estratégica cuando se usa con inteligencia y propósito.
«Invertir en conocimiento siempre paga el mejor interés.» — Benjamin Franklin
Y traigo esta frase a colación porque, aunque suene a cliché, la inversión en nosotros mismos es la que mejor rendimiento nos dará. Estoy convencido de ello.
El caso de Luis: endeudarse para invertir en sí mismo
Imagina a Luis. Gana $400 al mes y ya logró un gran hito: ahorra entre el 8 % y el 10 % cada mes. Ya tiene su fondo de emergencias y sus finanzas están en equilibrio.
Escenario: Luis quiere aprender a escribir para ser redactor, pero no tiene equipo. Si me sigue, sabrá que yo compro cosas usadas y que se pueden conseguir buenas ofertas por menos de $200.

Nota: La laptop en la que escribo mis artículos y diseño mis webs me costó $190 dólares. La compré en enero de 2023. Como en República Dominicana las compras por debajo de $200 no pagan impuestos, fue una decisión inteligente. No se trata de herramientas, sino de habilidades.
Entonces, Luis decide comprar una laptop y tiene múltiples caminos para hacerlo, entre ellos, el crédito:
- Ahorrar: Podría ahorrar durante 5 o 6 meses (a $40 al mes) y tener dinero suficiente para comprarla.
- Tomar un préstamo a corto plazo: Podría tomar un préstamo a 6 meses. Aunque la tasa sea del 30 % anual, el interés efectivo sería de solo el 15 %.
- Usar una estrategia mixta: Podría tomar $100 de su fondo de emergencia y pedir prestados los otros $100, con el compromiso de reponer el fondo.
Todos estos son ejemplos de un uso inteligente de los recursos. Y hablo de ellos porque son cosas que yo he hecho y sé que son factibles, eso sí, requieren de tiempo y esfuerzo.
¿Y si Luis no tiene nada? Imagina que Luis no tiene fondo de emergencias, pero decide tomar prestados los $200 porque cree posible obtener un ingreso extra de $50 al mes en menos de un año. Si Luis es consciente del riesgo, aunque no sea lo ideal, que lo haga.
Te digo esto porque yo no tenía posibilidades ni de pedir prestado para una computadora cuando empecé. Tenía una que se dañaba a cada rato. ¿Y sabes qué hacía? Iba donde un primo y le pedía prestada su computadora en la noche para yo amanecer aprendiendo y escribiendo.
Cuando gané mis primeros $200 (tardé meses), me compré una tablet con un teclado chino. Escribía desde allí, de forma muy incómoda, pero en ese momento yo solo veía una herramienta para crear y ganar dinero.
Cuando una persona quiere hacer las cosas, buscará la forma. Si conoces la palabra resiliencia, en parte es eso. Pero, sobre todo, es esforzarnos por conseguir lo que deseamos y tener un propósito. ¿Me sigues?
¿Por qué vemos la deuda como un tabú?
Se nos enseña que endeudarse es malo, o que para tener algo hay que tomar prestado. En ambos casos, es un error.
Realmente, las deudas, cuando son productivas, son muy beneficiosas. Por eso no me verás hablar mal de los bancos, porque si se usan de forma inteligente, es un negocio ganar-ganar. Ellos ganan, pero si conoces lo que haces, puedes ganar más que ellos, te lo aseguro.
Las tarjetas de crédito, ¿buenas o malas?
Cuando usamos la deuda de la tarjeta de crédito en caprichos, es malo. Pero si yo uso la misma tarjeta y pago todo a una sola cuota, no solo no pago ni un peso de interés, sino que obtengo beneficios.
Te lo digo porque llevo más de una década sin pagar un solo peso de más en mis tarjetas.
En República Dominicana, el 60 % de los tarjetahabientes la usa de esa forma, con inteligencia. Pero ese 40 % restante, por diferentes motivos, paga intereses. Y te aseguro que una cantidad considerable lo hace por ignorancia.
¿Entonces, por qué tanto miedo a las tarjetas de crédito? Porque, al igual que en Amazon, solo quienes tienen una experiencia negativa son los que opinan.
Yo tengo desde 2013 comprando en Amazon, todo me ha salido de maravillas y nunca he dejado una opinión. Piénsalo: cuando estamos conformes, prácticamente no hablamos de ello. Pero cuando una persona tiene una mala experiencia, a menudo por su propia ignorancia, es ahí cuando se queja.
Imagina que una persona va a un restaurante japonés y no le gusta el jengibre. Va por moda, pero cuando prueba el plato, lo siente picante y dice «esto está malo». Esa persona no leyó el menú. Malhumorada, va a internet y se queja.
Y así podría darte 17 mil ejemplos. Para todo esto hay una cura: investigar, analizar y planificar.
Checklist para saber si una deuda es positiva
- ¿Genera ingresos futuros?
- ¿Aumenta mi valor personal o profesional?
- ¿Me permite ahorrar tiempo o dinero a largo plazo?
- ¿Puedo pagarla sin comprometer mis finanzas básicas?
- ¿Tiene una tasa de interés razonable?
Estrategias prácticas para usar el crédito a tu favor
- Compara tasas de interés. De entrada, te digo que casi siempre una entidad regulada tiene mejores condiciones.
- Prioriza deudas con un retorno. Desplaza ese tipo de deudas que son simple consumo.
- Aprende a usar el crédito como una escalera, no como un lastre para tus finanzas.
Una deuda consciente, tomada en el momento adecuado y planificada, es un instrumento para lograr bienestar en la vida. Estoy convencido de ello.
Debemos calcular los intereses reales, planificar nuestras compras y endeudarnos con un propósito, no para aparentar.
La deuda no es el villano de tu historia financiera; lo es la forma en que la usas. Recuerda la frase:
«Todo depende del cristal con que se mire.»
Si ampliamos nuestras perspectivas y nos educamos, el crédito es una palanca para nuestro crecimiento.
Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.
Nos vemos o nos leemos, palabra. — Daury