Aprende a gastar el dinero y vive mejor

Mi filosofía para con las finanzas personales, «Finanzas con Libertad», se centra por completo en lo que considero el principal problema que a todos nos ataca. A veces es invisible, a veces por omisión y, más frecuentemente, por mera ignorancia o por no saber «hacer los numeritos», como yo le llamo.

Me refiero únicamente a una sola cosa: aprender a gastar.

Si de algo te debes quedar en tu mente, una vez me leas por completo, es que la regla de oro para tener salud financiera es aprende a gastar tus recursos económicos.

Aprender a gastar el dinero guia definitiva
Photo by micheile henderson on Unsplash

La siguiente pregunta me la hice hace muchos años ya, y me esforzare en respondertela hoy:

Por qué «aprender a gastar» es más importante que ahorrar (y cómo hacerlo bien).

Gastar es una habilidad que se construye y puede rendir grandes frutos para nuestra vida, te lo puedo asegurar. El objetivo final no es tener más dinero, es «vivir mejor».

¿Realmente tienes un problema de ingresos o de gastos?

Yo considero, y así centro mi vida, que el gasto inteligente nos puede dar una vida de bienestar. Realmente no se necesita mucho para tener paz.

Y como digo una cosa, digo la otra. La verdad es que sí hay personas a las que a duras penas les alcanza para vivir; no vengo a romantizar la pobreza. Pero te puedo asegurar que muchas personas no tienen un problema de ingresos, sino de cómo gastan su dinero.

Te invito a leerme, para que entiendas a que me refiero y por supuesto su solución, que por supuesto es educación financiera.

Siempre se repite algo: «el ahorro va primero, siempre primero». Y esto, hasta cierto punto, yo considero que es erróneo.

Gastar el dinero de forma eficiente e inteligente

¿Qué pasa si una persona saca el ahorro primero, pero sus gastos son desmedidos? ¿Qué tal si cumplió con lo que todo el mundo repite y sacó el 10 %, pero podría haber optimizado sus gastos y llegado a la cantidad cuasi perfecta del 17 %?

Son muchas preguntas, pero creo que queda claro a qué me refiero.

Está bien poner el ahorro primero, pero yo considero que aprender a gastar el dinero es incluso mejor, porque cuando gastamos con inteligencia, mesura y prudencia, el ahorro se vuelve automático. Ir optimizando el gasto nos ahorra dinero de forma directa.

A modo de broma, yo siempre digo que le huyo a los gastos fijos. Opino, y podría estar equivocado, que gastar de forma constante en algo puede perjudicarnos por un largo periodo de tiempo, obviamente me refiero a cosas innecesarias no a cosas que nos brinden bienestar o utilidad.

El sesgo de confirmación y cómo nos hace daño

Siempre que hablo del gasto, me gusta dar una perspectiva más amplia. Nosotros juzgamos el mundo por nuestra experiencia y buscamos casi siempre pensamientos y personas que vayan acorde con lo que ya creemos cierto. Eso es el sesgo de confirmación.

Para explicarlo es sencillo: ¿por qué crees que las noticias negativas son más vistas o valoradas que las positivas?

Porque una persona cuya vida es una porquería solo ve eso, y cuando alguien más se lo dice, le cree.

Este sesgo es tan dañino y tan presente en todos nosotros que los políticos lo usan frecuentemente para conseguir nuestro apoyo.

Perdón que me vaya con la política, pero es importante ampliar nuestras perspectivas para poder comprender mejor lo que te quiero decir.

Una de mis teorías más polémicas es que todos estamos llenos de síndromes, trastornos y sesgos mentales, y cuándo digo todos, es todos.

mujer sujeta monedas y habla de hacer un cambio en como usamos el dinero quiere decir la inflación
Foto de Katt Yukawa en Unsplash

Creemos que los políticos siempre tienen la culpa de todo, pero entonces, ¿por qué hay personas que logran salir adelante, aun con adversidades?

Mi mayor ejemplo es mi madre. Puedes ir a ver a todos sus familiares, cercanos o lejanos, y producto de su esfuerzo, y aun teniendo menos oportunidades que muchos de ellos, es la más aventajada en todos los sentidos, no solo en lo económico.

No digo que debamos dejar de luchar por causas que consideremos injustas. Lo que sí debemos aprender es que hay cosas que podemos controlar y otras que no (estoicismo puro).

Y debemos obtener la educación financiera que no se nos enseño en la escuela, en este caso, para comprender la situación de nuestro país, adquirir nuevas habilidades y obtener más ingresos, o simplemente conseguir un mejor empleo.

Aprender a comer: la forma más rápida de optimizar tus gastos

Vaya, vaya. La comida, sin temor a equivocarme, es probablemente tu gasto más grande, exceptuando el alquiler o el pago de la casa. Estoy convencido de ello.

La alimentación y las finanzas personales tienen mucho en común.

Por ejemplo, ¿cómo una persona aumenta de peso? A grosso modo, cuando come más de lo que necesita.

Y, ¿cómo una persona aumenta su patrimonio? Cuando guarda más dinero del que gasta.

Ahora, ¿cómo una persona pierde peso? Comiendo menos de lo que necesita.

Y, ¿cómo una persona ahorra más? Gastando menos de lo que ingresa.

Se parecen mucho, ¿verdad? No es casualidad que en mi filosofía de vida, la Holentía, busque el equilibrio entre mente, relaciones, cuerpo y finanzas.

Tener Holentía nos brinda paz, y esa paz produce el bienestar que nos permite sentirnos plenos y felices.

No se trata de tener todo al 100 % siempre. Yo mismo te puedo asegurar que en esos apartados puedo tener un 8 sobre 10. El truco es el equilibrio.

No somos seres perfectos, pero somos perfectibles. Lo ideal es ir mejorando poco a poco, sabiendo que Roma no se construyó en un día.

Aprender a comer y llevar una alimentación sabia es primordial si queremos tener finanzas personales saludables.

¿Por qué hago tanto hincapié en la alimentación?

Sencillo: el 65 % de la población en República Dominicana tiene sobrepeso u obesidad. ¿Y recuerdas de dónde viene la ganancia de peso? ¡Efectivamente! De un gasto en alimentos superior a lo que necesitamos.

Ahora, analiza conmigo lo siguiente.

Si la mayor parte de la población dominicana (un 60 % aproximadamente) gana al mes $500 dólares o menos, y la estadística de sobrepeso ronda la misma cantidad, ¿qué significa eso?

Que una gran parte de la población —no todos, no vengo a romantizar la pobreza— realmente no tiene un problema de ingresos, sino de cómo gasta, o más bien desperdicia, su dinero.

Pero te tengo otra, y se conecta con la política.

La canasta básica familiar en República Dominicana ronda los $750 dólares. Ahora, te pido que analices, por favor, e intentes que tus sesgos no alimenten tus pensamientos.

  • El 65 % de la población adulta es obesa o tiene sobrepeso.
  • Cerca del 55 % de la población gana menos de $500 dólares.
  • La canasta familiar «oficial» cuesta $750 dólares.

Piensa en lo siguiente: los políticos explotan eso. Atacan tus sesgos de confirmación y tú, que no sabes administrar bien el dinero, te dejas llevar y les aplaudes.

Pero, ¿cómo es posible que haya personas ganando la mitad de lo que cuesta la canasta familiar y, además, esa misma población sea obesa?

Vendrán miles de planteamientos de personas que solo buscan que yo les confirme lo que ya creen. Me dirán:

  1. «Su familia la ayuda». ¿A todos?
  2. «Hacen cosas ilegales». ¿Todos?

Lo que yo quiero es que te hagas preguntas, que reflexiones y que no salga de tu boca lo primero que te llegue a la mente.

La respuesta que yo te puedo dar es larga, y podría equivocarme, pero mi base es la siguiente:

La mayoría de esas personas no tiene un problema de ingresos, sino de cómo gasta el dinero.

Y esto se apoya en un hecho: la gran mayoría tiene sobrepeso u obesidad, comen comida chatarra frecuentemente (que es más costosa) y, en ocasiones, lo hacen simplemente buscando el camino fácil, la comodidad.

Y si recuerdas, una de mis palabras favoritas es el esfuerzo, y esas personas no quieren realizarlo, y cuándo hablo de «esas» probablemente tu que me estas leyendo estes dentro de ellas, pues cerca del 70% de la población tiene problemas economicos.

Y aunque no vengo a juzgarte, yo lo que quiero es enseñarte. Si tu tienes un cancér, no te puedo decir, ni quiero tampoco, que tienes gripe y que con una pastillla te vas a sanar de inmediato.

Evitar los vicios: lotería, alcohol, tabaco…

Muchas de esas personas tienen vicios. ¿O por qué crees que en cada esquina de la República Dominicana hay una banca de lotería? ¿Es coincidencia?

Están ahí, aparte de para lavar dinero de actividades ilícitas, porque hay millones de personas tan ignorantes que creen que si se sueñan con su abuelita, en la lotería va a salir su fecha de nacimiento.

Lo que no saben es que viven en un país de 12 millones de personas. Suponiendo que los 12 millones sueñen, ¿a todos les va a salir el número de su abuela?

Definitivamente, la lotería es un impuesto a las mentes pobres. Es más probable que te caiga un avión en medio de la frente a que te saques la loto.

Sí, cada mes hay un «suertudo» que se lo saca. Pero que te digan cuántos tickets se vendieron, a ver si lo ves con los mismos ojos.

Digamos que el ticket cuesta 50 «pesitos». Si se venden 2 millones de tickets a la semana (siendo conservador), son 100 millones de pesos semanales. Y el premio, que no se lo sacan cada semana, es de 30, 40 o 50 millones. ¿Cuánto se ganan ellos?

Si yo fuera presidente, las bancas de lotería estarían prohibidas o con un impuesto tan alto que no serían rentables. Solo empobrecen a la población.

Ni hablemos de fumar o beber alcohol. La realidad es que muchas personas de escasos recursos desperdician su vida entera rodeadas de este tipo de vicios. Y no es que ganen poco, es que desperdician mucho.

A veces es ingornacia, a veces es busar el camino fácil, o travez, todo requiere un tipo de disciplina, y organizar nuestra vida y nuestras finanzas personales requiere un esfuerzo incomensurable que no todos estamos dispuestos a realizar.

Aprender a gastar es lo mismo que le exigimos al gobierno

Piensa en qué es lo que muchos de nosotros le exigimos a los gobiernos, al Estado. Pasa en República Dominicana, en México, en España y en Estados Unidos.

Queremos que el gobierno gaste mejor sus recursos. Y yo te pregunto: ¿y tú, gastas bien tus recursos?

Otra vez, políticos mediocres critican cosas que ellos mismos hacían en el pasado y reciben el aplauso de personas que simplemente no piensan. Y a veces, critican algo porque a ellos les perjudica, o sea, sobreponen el bien común por su individualismo.

Ciertamente, los servidores públicos a menudo hacen un despilfarro del dinero, porque simplemente no es de ellos. Por eso hay tantos productos sobrevalorados y tanta corrupción.

Pero yo te invito a que cambies la pregunta. Pregúntate a ti mismo si estás usando bien tus recursos económicos. ¿Podrías prescindir de algunos gastos o quizás buscar una alternativa?

Piénsalo, pero te aseguro que siempre se puede optimizar el gasto.

Aprender a gastar es hacer nuestros «numeritos»

Yo podría seguir tres días escribiendo sobre situaciones en las que considero que lo que existe es un despilfarro del dinero, no una falta de recursos.

Y por cierto, más adelante te brindaré alternativas. No todo es criticar. Pero si de algo estoy convencido, es de que el «truco» es aprender a gastar nuestro dinero con inteligencia y eficiencia.

Muchos de nuestros problemas vienen por no visualizar, por no hacer nuestros «numeritos». Prever es una de las cualidades más importantes que un ser humano debe desarrollar. La planificación nace de allí.

Cuando hablo de «hacer nuestros números», me refiero a planificar las compras, a pensar antes de gastar, a buscar alternativas y a pensar en el largo plazo, no simplemente en el momento.

Está bien pagar por Netflix, por ejemplo, pero ¿realmente lo usas todo el año? ¿O bien podrías usarlo solo dos o tres veces al año? Esos 50 o 60 dólares que te ahorras te podrían servir para otra cosa.

Ese restaurante que tanto te gusta, ¿es único y especial? ¿Es caro? ¿Te lo puedes permitir? ¿O podrías buscar una alternativa y tener una experiencia igual o incluso mejor gastando menos?

Son muchas las cosas que podemos hacer. Pero para «hacer los numeritos» hay dos herramientas imprescindibles, así sea de forma temporal (aunque lo ideal es que sea para siempre):

  1. Hacer un registro de todos nuestros gastos, incluso los pequeñitos.
  2. Crear un presupuesto personal ideal para ti, que se nutre del registro de gastos, pero que también te sirve para planificar tu mes o tu año.

Modestia aparte, yo tengo el mejor presupuesto personal de todo internet. ¿Pero por qué mi presupuesto es tan especial?

Mi presupuesto, el estilo que yo promuevo, es único. Lo hago desde 2017, y el principio siempre ha sido el mismo: conocer el porcentaje que representa cada gasto en relación con mis ingresos.

Características principales:

  • Puedes ver dónde gastas más dinero. Los porcentajes sirven para eso. Saber que estás gastando el 10 % en comidas fuera te brinda la posibilidad de actuar rápido.
  • Pongo el ahorro primero y lo trato como un gasto más. Sigue mi filosofía y verás que no entra en conflicto, pero sin duda, aprender a gastar es más importante.
  • Puedes ver el avance en el tiempo. Te permite conocer tu proyección cuando aprendes a utilizarlo y ver todo un año de tus ingresos y gastos.
  • Es sumamente sencillo, pero potente. Muchos diseñadores (y yo lo soy en múltiples áreas) decimos que lo complejo realmente está en hacer algo simple.

A medida que avancemos en nuestros aprendizajes, muchas de las cosas que hoy te suenan a «chino» serán pan comido en el futuro, te lo aseguro.

Solo no te detengas.

Creando un presupuesto que no odies

Sí, se puede hacer. Solo debemos tener en cuenta cómo se compone un presupuesto personal, y es muy sencillo:

  1. Primero, anotas tus ingresos.
  2. Segundo, anotas tus gastos.
  3. Tercero, a tus ingresos le restas los gastos.

Aparte, necesitamos un registro de gastos diarios, pues es la fuente de información del presupuesto.

Puedes empezar con papel y lápiz. Simplemente, ve apuntando todo lo que gastas. Luego, a final de mes, pones cada cosa en su lugar: «mi quincena es un ingreso», «mi salida con mi amigo fue un gasto», «el pago del internet es un gasto».

De hecho, mi mayor recomendación es que empieces de esa manera: una libreta pequeña y lápiz, listo.

Ya luego, puedes pasar a usar una plantilla como la mía (presupuesto ideal para ti) o crear la tuya, y para el registro de gastos, una aplicación para dicho fin.

No deberíamos complicarnos la vida. Aunque yo hablo de que deberíamos vernos como una empresa, no me refiero a la complejidad total, sino a tener una planificación y un orden.

¿Tu presupuesto debe causarte estrés?

Sí, pero un estrés moderado. A través de la dificultad es que logramos avanzar. Si no, recuerda tus tiempos del colegio, cuando te ponían una tarea sobre algo que no conocías. ¿Cómo te sentías? ¿Lo lograbas, no?

El problema viene si ese estrés es excesivo o si no logras resultados favorables.

Un gran error es querer que todo en la vida sea fácil. Hacer un presupuesto personal requiere esfuerzo y, ¿adivina qué? Nadie lo hará por ti. Así que, o lo haces, o sigues con tus finanzas en deterioro.

La clave de un buen presupuesto: los porcentajes

Tu presupuesto debe proporcionarte una visión clara y precisa de cómo gastas el dinero.

Si no puedes adquirir mi plantilla (presupuesto personal ideal para ti), te sugiero encarecidamente que uses los porcentajes en cada categoría. Es decir, saber qué porcentaje de tus ingresos se va en el alquiler, qué porcentaje gastas en salidas, en transporte, y así con todo.

Porque ahorrar un 3 %, por ejemplo, en salidas, podría significar un monto significativo en tu capacidad total de ahorro del mes.

Busca hacer un presupuesto financiero adaptado a ti y a tus necesidades. Mi plantilla está adaptada al 99 % de la población; es sencilla e intuitiva.

Repito algo que digo a menudo: el gran mérito está en tomar algo complejo y hacerlo parecer simple. En el mundo del diseño, eso es lo que pregonamos.

Gana bien pero vive mal: no es cuánto ganas, sino cómo lo administras

Si antes hablábamos de la lotería y cómo es un impuesto a la gente pobre e ignorante, te tengo que compartir otro dato: más de la mitad de las personas que se ganan la lotería vuelven a ser pobres.

Porque de nada vale tener 100 millones si no sabes administrarlos.

«Cuida los pesos, que los millones se cuidan solos.»

Hay muchas personas, y conozco varias, que ganan 2, 3 o 4 veces el ingreso promedio aquí en República Dominicana y, aun así, tienen problemas con el dinero.

¿Por qué sucede esto?

Quien sabe administrar bien un peso, puede administrar bien 100. Y quien no lo sabe hacer, ni entregándole la bóveda del Banco Central podría obtener resultados positivos.

Y aquí quiero traer a colación otro dato sumamente interesante, sobre todo para quienes quieren emigrar a un país como Estados Unidos.

¿Sabías que cerca del 60 % de la población estadounidense no tiene mil dólares ahorrados para cubrir un gasto de emergencia?

Ciertamente, vemos con buenos ojos a Estados Unidos, pero allá tienen prácticamente los mismos problemas que aquí en cuanto a la administración del dinero.

¿Quieres comprobar lo que digo? Fíjate en las series de personas de origen negro o latino, o en las de los mismos americanos. ¿Son todos adinerados? ¿Tienen todos sus problemas resueltos? Su principal preocupación es, efectivamente, el dinero.

Yo me informo e investigo de todo el mundo, pero principalmente de: España, México, Perú, Colombia, Chile, Argentina y, por supuesto, mi querida República Dominicana. ¿Y adivina qué? La queja es la misma:

  1. «Los sueldos no dan para nada».
  2. «La vivienda sube todos los años».
  3. «La educación de los niños».
  4. «Los políticos que roban».

Y así sucesivamente. Es lo mismo con diferentes culturas. La educación financiera es mínima y lo que sucede en muchos de nuestros países es, simplemente, que no sabemos gastar el dinero. Si no, pregúntate cómo hay personas que, con iguales o peores oportunidades que nosotros, literalmente llegan a la luna.

Por eso la educación financiera es tan importante. Y obtener más ingresos, como muchos «gurús» hablan, no es la solución definitiva.

Sí, puedes adquirir nuevas habilidades y ganar más dinero; yo mismo abogo y enseño a hacerlo. Pero lo primordial, lo fundamental, el todo, es sin duda aprender a gastar.

Quien administra bien un solo peso, administrará bien cuando tenga 100.

¿Por qué desperdiciamos dinero?

Es un tema tan profundo que podrías destinar cientos de horas a comprenderlo.

Empecemos por el hecho de que somos seres sociales. El marketing, la publicidad, la cultura, la pareja… todo nos invita a gastar. Y frecuentemente, no somos racionales, ni con la vida ni mucho menos con el gasto.

No registrar un gasto es una falta de conciencia que solo notamos cuando ya tenemos problemas.

Por eso, registrar a dónde va nuestro dinero, tener un presupuesto y, sobre todo, gastar con propósito es tan beneficioso para nuestra vida, y no me refiero únicamente a lo económico.

Confundimos deseos con cosas que realmente necesitamos. Decía Buda que rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

Suscripciones, cosas materiales, el último teléfono y, no lo olvides, mucha comida que a menudo solo nos enferma, son cosas inútiles cuando se adquieren sin propósito.

No desperdicies tu presente y una gran parte de tu futuro por únicamente «disfrutar» la vida de forma impulsiva.

Más conciencia, menos gastos. Más conciencia, más propósito.

La diferencia entre precio y valor

Un producto puede tener un precio alto y valer poco. Y, al contrario, un producto de bajo costo puede tener un alto valor para nosotros.

Debemos aprender a apreciar las cosas en su justa medida y tener la conciencia plena, más un propósito, para gastar el dinero.

Por ejemplo:

Yo pago por un servicio de streaming de anime llamado Crunchyroll. Cuesta unos 60 dólares al año, pero yo disfruto enormemente sus contenidos.

Incluso tengo mis «noches de anime» dos o tres veces por semana. Me sirven para liberar tensiones, quitarme el estrés y también me dejan grandes aprendizajes.

Preparo mi bowl con almendras y nueces, otro con palomitas de maíz y, a veces, un chocolate de esos de envoltura roja del que siempre hablo. Enciendo mi proyector y a disfrutar.

Ahora, hagamos los «numeritos». Si uso el servicio unas 150 veces al año, y dividimos los $60 entre 150, ¿cuánto me cuesta cada noche de disfrute? Sale a centavos. ¿Me entiendes lo que te digo?

No es necesario que tú disfrutes de la misma forma que yo. Lo que busco es que encuentres ese tipo de cosas que, al hacer tus cálculos, valen centavos pero te brindan un bienestar inmenso.

mujer mostrando dinero y administrando bien su dinero
Foto de Alexander Grey en Unsplash

Evidentemente, hay una condición clave: debes poder permitirte pagar ese producto o servicio. Si no, no estamos en nada.

Pagar 60 dólares al año, en mi caso, es una cantidad que me puedo permitir. Y aquí es donde entra el autoanálisis del que tanto hablo.

Porque podrías decir: «es que yo disfruto ir de fiesta todos los fines de semana». Pero volvemos a lo que siempre hablamos: se trata de equilibrio.

Si estás disfrutando el presente a costa de destruir tu futuro, no estás haciendo lo correcto. Por más que disfrutes el momento ahora, no estarás bien a largo plazo.

Así que, por favor, prudencia. Analiza si realmente te lo puedes permitir, si existen alternativas o si ese gasto debes eliminarlo de tu vida, aunque sea temporalmente.

Cómo se ve un gasto inteligente (no todo es criticar)

Vaya, llegamos a mi parte favorita: la solución.

Si he logrado que entiendas el mensaje, sabrás que sí debemos gastar, y hacerlo con inteligencia es fundamental. La vida es como una mesa con 4 patas, ¿recuerdas Holentia?

  1. Mente: aprender cosas nuevas, mejorar como ser humano, tener un propósito.
  2. Relaciones: cuidar a los que nos rodean, amarnos a nosotros mismos.
  3. Cuerpo: comer bien, nuestro cuerpo es un templo.
  4. Finanzas: el dinero es una herramienta y usarlo correctamente es fundamental.

Si cualquiera de las «4 patas de la mesa» cojea, es posible que tengamos muchas adversidades. Por eso invito a reflexionar sobre esta filosofía, que no es más que la búsqueda del equilibrio.

Gastar bien es fácil, o bueno, casi

Para gastar bien el dinero y hacerlo de forma eficiente, hay que «hacer los numeritos».

Siempre que hablo de esta parte, traigo a colación una anécdota: durante etapas de mi vida, yo gastaba todo mi dinero, pero con el propósito de educarme.

Si lo haces conscientemente, si gastas porque quieres disfrutar la vida y así lo decides, hazlo.

Lo único que yo busco es que tengas la conciencia suficiente para saber que, si siempre lo haces así y no guardas nada, es casi seguro que tendrás muchos problemas en el futuro.

Gastar de forma inteligente es:

  • Buscar alternativas más baratas sin sacrificar calidad. Yo tengo una regla: primero veo mi necesidad, luego investigo y busco alternativas, o veo si me puedo esperar un poco más.
  • Invertir en lo que ahorra tiempo. Pagar por un delivery puede ser más eficiente que gastar 2 horas en una fila.
  • Elegir experiencias sobre cosas: viajes, recuerdos, educación.
  • Hacer compras conscientes. Pensar de 24 a 48 horas antes de comprar algo no esencial. Si vieras mi carrito de Amazon o eBay, seguro te ríes.
  • Gastar en lo que usas de verdad: servicios, herramientas, transporte.

La lista podría continuar, pero es sencillo una vez lo comprendes: gasta el dinero con intención, buscando maximizar su uso, porque para bien o para mal, la mayoría de nosotros tenemos recursos limitados.

Errores comunes al intentar “aprender a gastar”

No somos perfectos, somos perfectibles.

Te aseguro que te vas a equivocar. No solo porque yo lo he hecho y lo sigo haciendo, sino porque equivocarse es de humanos. Y aunque lo digo tan claramente, a veces, al igual que a ti, me cuesta mucho recordármelo.

¿Te recuerdo mi teoría? Que todos estamos llenos de sesgos, síndromes y trastornos mentales. ¿Y que no es casualidad que la mente ocupa el primer lugar en Holentía?

Yo vivo lo que digo, no solo lo digo. Y sé muy bien que cometo y cometeré errores. El problema es si nos quedamos en ese hoyo, pues, como dice la frase: «aunque la vida te dé lecciones, no significa que estés aprendiendo».

Al enseñarte a gastar, mi objetivo es la conciencia, no que te vuelvas tacaño o rico.

mujer guarda dinero en bolsillo de su derecha, pantalo jeans, no se ve la cara
Foto de Sasun Bughdaryan en Unsplash

Error 1: Confundir «gastar menos» con «no gastar» Aprender a gastar no es «no gastar en nada». Vivir así, aparte de triste, es mediocre; es la mentalidad pura y dura de la escasez. Tú y yo conocemos a personas que ganan suficiente para comer bien y comen mal por el simple motivo de acumular riquezas, descuidando su salud.

Error 2: Querer resultados inmediatos Paciencia y constancia. Esto es un hábito que se construye, y tu mejor aliado, para bien y para mal, es el tiempo.

Error 3: Compararse con otros Este es tan importante que debería ser un bloque entero. Cara vemos, corazones no sabemos.

Tú no sabes por qué una persona tiene lo que tiene. No sabes si fue bien habido o mal habido, si fue una herencia o si se prostituye. No sabes nada, así que no asumas.

Concéntrate en lo que está bajo tu control: las riendas de tu propia vida, no la de otros. No te compares, por favor.

Y recuerda otra cosa: hay personas con todo lo que tú deseas tener y, en muchos casos, no tienen ni la mitad de la felicidad que tú podrías alcanzar. Te repito: rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

Error 4: No medir el avance Algo primordial para organizar nuestras finanzas es medir el avance. Y como mi eje fundamental es aprender a gastar, llevar un registro, así sea mínimo, de a dónde va cada centavo no es importante, es lo siguiente.

El presupuesto es la mejor herramienta jamás creada para ese objetivo.

¿O por qué crees que las empresas y los gobiernos tienen un presupuesto? No es casualidad ni coincidencia.

Es fundamental para organizar el uso de nuestro dinero. Deberíamos vernos como un gobierno pequeño. Te aseguro que si te ves a ti mismo como una empresa pequeña y haces un esquema simple para planificar tu economía, podrías mejorar muchísimo.

El coste de oportunidad: tu aliado o tu enemigo

Si te soy sincero, otra de las cosas que considero importantes, junto con diferenciar entre precio y valor, es comprender el coste de oportunidad.

El coste de oportunidad se refiere a que, cuando elegimos algo, estamos renunciando a otra cosa, ya sea comprándolo (gastando dinero) o destinando nuestro tiempo a ello.

Permíteme explicarlo con un par de ejemplos sencillos.

Ejemplo 1: Ahorrar vs. Invertir

Imagina que logras ahorrar $40 dólares cada mes. Esos $40, puedes hacer mucho con ellos, y aquí entenderás a qué renuncias:

  • Si solo los ahorras: Durante 2 años, acumulas $960. Pero por culpa de la inflación, ese dinero pierde valor. Digamos que, en términos de poder de compra, realmente valen unos $904. Tienes ahorros, sí, pero se puede hacer mejor.
  • ¿Qué tal si los inviertes? Aquí pasa algo curioso, y es el secreto de la gente rica. Si esos mismos $40, en vez de ahorrarlos, los inviertes cada mes durante dos años a una tasa del 10 %, tendrás $1,057. De los cuales, aproximadamente $100 serán de ganancias. Ajustado por la inflación, el monto sería de unos $997. ¿Notas la diferencia?

Aun con la inflación, tu dinero estaría ganando valor. Ahí está el coste de oportunidad: cuando decides solo ahorrar, estás perdiendo esa ganancia potencial.

Ejemplo 2: Dinero vs. Tiempo en tu educación

¿Qué tal si usas esos $40 al mes que te sobran para educarte?

Como ya sabes si me has leído, yo hice eso durante una gran etapa de mi vida, y rinde sus frutos porque lo que aprendes es lo único que nadie te puede quitar.

Imagina que con esos $40 te compras un libro al mes por $10. Te quedan $30, ¿no? Con esos $30, podrías pagar un curso online. O podrías ahorrar varios meses para comprar un curso de mayor costo, pero también de mayor valor.

El detalle es equilibrar las cosas. De nada vale que te compres 5 cursos en un mes si solo podrías hacer uno o dos.

Pero ojo aquí, ¿recuerdas que te hablé de que el coste de oportunidad no es solo dinero, sino también tiempo?

¿Qué tal si, en vez de pagar por formación, te pones a leer artículos, ver cursos y escuchar podcasts gratuitos? También podrías aprender, porque tu tiempo es un recurso, y probablemente el más importante de todos.

Y como te digo una cosa, te digo la otra: si pagas por un curso, a menos que sepas buscar muy bien en internet y no gastar decenas de horas, vale mucho la pena. Te ahorras tiempo, y el tiempo es nuestro recurso más valioso.

Yo sé muy bien que a veces no tenemos para pagar. Yo no tenía ni para comprar un dominio web en mis inicios. Poco a poco fui progresando y hoy creo mis propios servidores. ¿Cómo lo hice? Con esfuerzo y disciplina.

Pero desde joven entendí que mi tiempo tiene un precio. Pagué por formación en diferentes ámbitos, y eso fue rindiendo sus frutos. El dinero ya lo recuperé y he ganado más. Y mi tiempo lo aproveché, y ese no vuelve.

Puedes aprender gratuitamente; te aseguro que el 90 % de todo lo que yo he aprendido ha sido de esa manera. Pero no tengas miedo a gastar, digamos, el 30 % de lo que ahorras mes a mes en tu formación. Es como sembrar un árbol: ves los frutos al cabo de meses o años.

La dieta financiera y su importancia

Vaya, vaya. Llegamos a una parte controversial de mi planteamiento, y como me encanta. Probablemente, debas aplicarla en tu vida, pues estadísticamente, una gran parte de la población tiene problemas económicos.

Si entendemos por «dieta» el hecho de ingerir menos alimentos o más saludables, la dieta financiera es algo muy similar.

Se refiere a gastar únicamente en lo esencial y eliminar todo —y cuando digo todo, es absolutamente todo— lo demás.

¿Qué es esencial?

  1. La casa o el alquiler.
  2. La luz eléctrica y el agua.
  3. La alimentación.

Después de ahí, y a menos que tengas hijos (donde el colegio y su bienestar son esenciales), poco más.

¿Y el internet? También es esencial, pero podríamos gastar mejor. Por ejemplo, reducir el plan o ir a otra compañía donde gastemos menos.

¿Te acuerdas de los porcentajes y el presupuesto? ¿Qué tal si estás gastando, como yo en algún momento, el 15 % de tus ingresos en internet, telecable y teléfono? ¿Qué pasaría si lo reduces a la mitad?

Ese dinero que te sobraría al mes, ¿recuerdas el coste de oportunidad? Lo podrías aprovechar mejor para invertir, educarte o cualquier gasto que para ti represente un propósito.

¿Ves cómo todo se une? Aunque parezcan cosas dispersas, todo va a un mismo objetivo: planificar y organizar nuestros recursos económicos, que son limitados.

La dieta financiera: ¿cómo se hace?

Mira, esto será duro, pero te aseguro que es temporal. Yo te sugiero que no gastes en absolutamente nada que no sea esencial y, de ser posible, que reduzcas tu factura de internet.

¿Recuerdas que te dije que si aprendes a comer podrás ahorrar más, y que la comida sana es mucho más barata que la chatarra?

Aquí es donde todo converge. Yo he hecho la dieta financiera en varias etapas de mi vida. La uso para tener claridad y un punto de partida nuevo, para empezar desde cero.

Lo que hago es que quito todo lo que no es esencial. Una vez que tengo control de lo que como, y que reduzco mis facturas de energía e internet, entonces voy agregando cosas de nuevo, pero con conciencia.

Dile a tus amigos y familiares que no a todo. Con educación y esmero, pero un simple «ahora mismo no es posible para mí, estoy organizando mis finanzas y necesito hacerlo» es suficiente.

Una vez tienes un presupuesto, llevas el registro de todo lo que gastas e implementas la dieta financiera, vas aprendiendo y entendiendo cómo usas el dinero.

Te vas dando cuenta de a dónde iba realmente, de cómo gastar menos en comida o de que hay planes de internet con menores prestaciones que te sirven de sobra para lo que hace la mayoría: ver videítos, entrar en redes sociales y ver películas.

Hay muchas cosas que podemos quitar de nuestra vida y seguiríamos igual o mejor.

¿O crees que es coincidencia que me enfoco principalmente en aprender a gastar?

La filosofía detrás de “aprender a gastar”

Creo que hasta ahora se entiende a qué me refiero, pero hay que hacer hincapié en que sí podemos gastar. Lo único que busco es que tengamos conciencia y propósito.

No se trata de ser tacaños; al contrario, yo aborrezco eso. Se trata de usar el dinero como una herramienta con la intención de mejorar nuestra vida, no únicamente de buscar el placer inmediato en base al «pa’ eso yo trabajo» o el más grande de todos los pensamientos mediocres: «porque me lo merezco».

Todo en la vida es un equilibrio. Y las finanzas personales son muy sencillas de entender:

  1. Aprende a gastar.
  2. Ahorra.
  3. No gastes más de lo que ganas.
  4. Invierte el dinero, porque ahorrar no basta.

Si sigues esas 4 reglas, tu vida tendrá mayor plenitud. Es lo que intento transmitir con este proyecto. Yo no puedo hacer que te vuelvas rico; quien te lo prometa es un charlatán. Yo sí te puedo dar herramientas, ideas y reflexiones.

¿Por qué mucho de mi contenido es gratis?

Lo que a mí me ha hecho progresar en la vida fue gracias a personas desinteresadas y a algo que te sonará a chino: el open source.

El open source es una comunidad global que hace software simplemente por ayudar, aprender y compartir. Gracias a una herramienta open source llamada WordPress, yo aprendí a hacer sitios web en 2013, y eso hasta hoy me genera dinero.

Gracias a lo que aprendí, hoy puedo crear un servidor de élite por $8 dólares al mes, un servicio por el que otros pagan $100. Este mismo proyecto, Finanzas con Libertad, vive en un servidor de esos.

Lo que a mí me define son dos «E»:

  1. Eficiencia (planificación, organización, habilidad).
  2. Excelencia (esfuerzo, disciplina, constancia).

Esa es la respuesta de por qué es gratis. Porque ya yo he recibido mucho, y creo en el karma. Estoy convencido de que a las personas que hacen el bien, tarde o temprano les irá bien.

Intento aplicar el «ama a tu prójimo como a ti mismo». Pero con tanta ignorancia que veo, a veces es complicado. Sin embargo, creo que el 99 % de las personas no son malas, sino ignorantes y poco analíticas.

Y a todo ello, la respuesta, la cura, el milagro, es la educación.

Y tú, Daury, ¿cómo aplicas el pilar de «aprender a gastar»?

Si te digo la verdad, desde muy joven me di cuenta de que el ahorro proviene de aprender a gastar.

He contado esta anécdota varias veces, pero mi primera laptop (aún la tengo de recuerdo) la compré aportando yo al menos el 80 % del dinero. Y de eso hace casi 20 años.

El detalle es que, para lograrlo, ahorraba mucho, pero desde ese entonces lo hacía con equilibrio.

Aquí en República Dominicana, a las hamburguesas callejeras les llamamos «chimi» (repollo, carne de res, dos toneladas de ketchup y mayonesa, y una rodaja de tomate). También me gustaba, y aún me gusta, algo que se llama malta con leche condensada o evaporada. Eso, para mí, a esa edad, era el máximo placer posible.

dinero en mano finanzas

Tanto el chimi como la malta eran algo que hacía habitualmente, y ahí entraba el equilibrio. No era solo ahorrar. También gastaba mi dinero en los «clubes de Nintendo» que estaban de moda en ese momento, es un lugar dónde vas a jugar vídeojuegos sencillamente, se paga por horas.

Recuerdo que trabajaba para mi madre en una banca de lotería y ella me pagaba 50 pesos al día (era menor obvio, y no es legal). Yo «jugaba» 5 o 10 pesos diarios a mi fecha de nacimiento. Y adivina qué: mi fecha de nacimiento sale dos y tres veces al año.

No quiero alargar más la historia, pero muy joven aprendí que hay que gastar el dinero con inteligencia, que hay que ahorrar y, sobre todo, que hay que llevar un equilibrio. Mi chimi y mi malta eran casi todas las semanas. Yo iba ahorrando y disfrutando a mi modo y con el conocimiento que tenía en ese momento.

Al cabo de un año y un par de meses, con mi sueldo, los premios de la lotería y las propinas (el ser risueño, las personas decía que yo le daba suerte, siempre tengo una sonrisa, o casi siempre), llegué a tener el 80 % del costo de la laptop, y mi madre me puso el resto.

Esa es la forma más fácil que tengo para explicarte lo que es «aprender a gastar» en mi vida.

¿Y hoy en día?

Bueno, evidentemente hoy por hoy soy mejor. Es lo normal ir evolucionando.

Hoy no como chimi habitualmente; no recuerdo la última vez que probé uno. He evolucionado, como te expliqué antes, hacia entender la diferencia entre precio y valor.

Sí, puedo gastar, y en muchas cosas, pero tienen que tener algún propósito. En suscripciones y herramientas, fácilmente pago más de 100 dólares al mes, ¿cuánto es al año?

Definitivamente, aprendí a hacer un presupuesto personal. Empecé en 2015 con notas, luego pasé a Excel y hoy en día, mi plantilla, sin la modestia que no me caracteriza, es la mejor del planeta tierra.

Es simple, intuitiva y te permite ver de forma fácil un esquema claro de a dónde va tu dinero. Su parte diferencial es el porcentaje de cada gasto y sus otros apartados que se complementan, como el balance general y el avance en el tiempo.

Aprender a gastar no es un proceso fácil ni que puedas conseguir en un mes. Es algo que te tomará tiempo, y cada uno de nosotros encontrará su forma de verlo y aplicarlo.

Pero, sin duda, usar los recursos de los que disponemos de forma inteligente es lo fundamental, una vez que comprendemos el pilar principal que es la mentalidad financiera.

Quien me sigue sabe que para mí la libertad financiera no existe; es una utopía. Aprender a gastar podría acercarte, sin embargo, mi objetivo no es que seas rico, sino que tengas libertad, que es la palabra que me define como ser humano.

Gastar bien = vivir mejor, con menos estrés y más control.

Si no te ha quedado claro hasta ahora, gastar es un mecanismo fácil que nos hace sentir mejor y casi de inmediato. Es una dosis altísima de dopamina, y por ende nos encanta.

Lo que hagas luego —emprender un negocio, adquirir nuevas habilidades para obtener ingresos extras— es decisión tuya.

«Es dura la vida, vibra bueno».

Con ese lema intento evocar parte de eso. La vida no es fácil, y ese es el «gustico». A medida que avanzamos, nos volvemos más duros (fuertes) que la propia vida.

«Podrías ser bueno hoy, pero eliges serlo mañana.» — Marco Aurelio

Siempre estamos esperando el día perfecto. Y a todo esto, hoy puedes empezar. Tienes contenido de todo tipo aquí en Finanzas con Libertad. Aprender a gastar primero, luego ahorrar, luego invertir, para vivir mejor.

El detalle es que tú, ahora mismo, puedes decidir: ¿un día o día uno?

Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.

Nos vemos o nos leemos, palabra. – Daury DiCaprio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *