Mentalidad financiera: la guía completa para dominar el juego interior de la riqueza

Si alguna vez has sentido que, sin importar cuánto te esfuerces, algo invisible te frena financieramente, has llegado al lugar correcto. Hoy quiero hablarte de la subestimada y incomprendida, la mentalidad financiera.

Esta es la guía definitiva sobre mentalidad financiera, diseñada para ayudarte a derribar esas barreras internas y construir una base sólida para la riqueza.

La mente no solo es poderosa; yo considero que lo es todo. Podría estar equivocado, pero como decía René Descartes: «Pienso, luego existo».

Mujer recostada mirando la camara, en media pantalla
Photo by Zulmaury Saavedra on Unsplash

Mi filosofía de vida, a estas alturas ya la conoces, es Holentia: el equilibrio en mente, relaciones, cuerpo y finanzas. Yo considero que es lo que nos brinda bienestar, y ese bienestar produce la paz que nos trae la felicidad.

Nadie nace sabiendo. Es otra cosa que me repito constantemente a mí mismo y a quienes me rodean. Y también el hecho de que no somos perfectos, pero sí somos perfectibles.

¿Qué es la mentalidad financiera y por qué lo es todo?

Si vamos a definirla, la mente es muy abstracta, sin duda. Pero podríamos visualizarla como el sistema operativo de todo nuestro ser, y se crea de acuerdo a nuestras experiencias, errores y aciertos.

O sea, un niño japonés no piensa de la misma forma que un niño dominicano, ¿o sí? Y si la respuesta es no, ¿por qué piensan lo que piensan?

Efectivamente: por sus culturas, tradiciones, sociedades y, no menos importante, por una educación diferente.

En las finanzas personales, una mentalidad de abundancia es fundamental. Es un término que ha sido desvirtuado o casi, pero como tal, es un concepto poderoso. Yo lo defino como aspirar a progresar en la vida y darle un giro a las cosas (resiliencia).

En su contraparte, tenemos la mentalidad de escasez, que va más allá de la tacañería; es avaricia, es mediocridad.

Lo ideal es tener una mente que piense en abundancia, con optimismo por la vida, pero sin caer en el optimismo desmedido. Hay que tener los pies en la tierra y autoanalizarnos constantemente.

Cuestiona tus creencias: el primer paso

Tus resultados financieros son, en gran parte, un reflejo de las cosas que crees como ciertas.

ahorrar cada mes, reloj de arena sobre billete de 100 dolares

Te invito a reflexionar y a cuestionar esas cosas. Evita, dentro de lo posible, buscar solo opiniones que te comprueben lo que ya crees. Eso se llama sesgo de confirmación, y a todos nos afecta.

Pregúntate: ¿por qué creo lo que creo?

Las creencias sobre el dinero presta mucha atención, si encuentras información que lo comprueba y haces un análisis objetivo, vale la pena seguir creyéndolo.

Pero te aseguro que gran parte de las cosas que creemos no son verdad. Solo hay que investigar un poco.

Pensarás que no tiene nada que ver, pero te tengo un par de ejemplos de creencias comunes que no son necesariamente ciertas:

  1. «El desayuno es la comida más importante del día».
  2. «Tener muchos bienes materiales es ser rico».
  3. «Hay que casarse y tener hijos antes de los 30».
  4. Para invertir necesito mucho dinero
  5. «El hombre es quien debe ser la cabeza del hogar» (la realidad es que es un trabajo en equipo).

Y así podría seguir. Ciertamente, existen verdades absolutas, pero hay que entender los contextos. La situación de cada uno de nosotros es diferente.

Autodiagnóstico

Vamos a hacer un ejercicio, y quizás doloroso.

Test rápido: ¿Qué creencias limitantes tienes sobre el dinero?

Este no es un examen serio, sino un espejo ligero para que descubras qué ideas heredaste sobre el dinero. Responde con sinceridad: Sí, No o A veces.

  1. Cuando era niño escuchaba frases como:
    • “El dinero no crece en los árboles”.
    • “Hay que sudar mucho para ganarlo”.
  2. En mi casa hablar de dinero era…
    • Tabú.
    • Solo aparecía cuando “faltaba”.
    • Se celebraba con orgullo (pago de deudas, logros).
  3. Si pienso en alguien muy rico, lo primero que me viene a la mente es:
    • Avaricia.
    • Suerte.
    • Admiración o inspiración.
  4. Cuando recibo dinero extra (bono, regalo, propina):
    • Lo gasto rápido.
    • Lo guardo con miedo a que se acabe.
    • Lo invierto o planeo su uso.
  5. ¿Cómo describirías tu relación actual con el dinero?
    • Estresante.
    • Incierta.
    • Fluida y en crecimiento.

Resultados rápidos
  • Mayoría de 1ª o 2ª opción: ¡Ajá! Probablemente heredaste patrones de escasez (dinero = sacrificio, riesgo o culpa).
  • Mayoría de 3ª opción: Estás construyendo una visión más sana y expansiva del dinero.

Reflexión final: Piensa un momento, ¿qué frases o actitudes sobre el dinero copiaste de tus padres o de tu entorno? Reconocerlas es el primer paso para cambiarlas.

Los pilares de la inteligencia emocional financiera

El primer paso para mejorar tu relación con el dinero es identificar el gasto emocional. Nos referimos a aquellas cosas que compramos por buscar placer, por tristeza o por estrés.

Recuerda que no somos perfectos, pero sí somos perfectibles. La clave para ello es pensar, y al pensar obtenemos la conciencia necesaria para solventar esta parte. La psicología del dinero se trata, en esencia, de conciencia y propósito.

Si somos conscientes de nuestros gastos, nuestra vida mejora sustancialmente. ¿O crees que es casualidad que mi segundo pilar sea «aprender a gastar»? Nada es coincidencia.

Parte de la inteligencia emocional financiera es aprender a postergar la gratificación inmediata para así alcanzar metas mayores. La gran pregunta es: ¿qué cosas debemos postergar y por cuánto tiempo?

Aquí entra en juego el autoanálisis.

Algunas cosas pueden esperar un par de meses y otras un par de años. La mejor vía para encontrar el equilibrio es «hacer los numeritos»: analizar si realmente lo necesitamos o si es solo un deseo impulsado por nuestras creencias sobre el dinero.

Reprogramar tu mente para el éxito financiero

La neuroplasticidad de nuestro cerebro —es decir, su capacidad para aprender y cambiar— es algo que la neurociencia explica muy bien.

En pocas palabras: podemos reprogramar nuestra mente para bien y empezar a cambiar nuestros hábitos financieros.

Para lograrlo, necesitamos ejercitar el músculo más importante: el cerebro. Porque ahí está la mente, y repito, la mente lo es todo.

1. Visualiza tus metas de abundancia Visualizar el éxito financiero que deseas, ya sea pagar tus deudas o alcanzar la libertad financiera, proporciona el ambiente ideal para que tu cerebro trabaje en esas metas. Esto es clave para superar los bloqueos mentales con el dinero.

2. Cambia tu diálogo interno No somos perfectos. Vas a cometer errores. El punto importante es cómo te hablas a ti mismo. Un diálogo interno negativo puede llevar al autosabotaje financiero. Cuida cómo te hablas y ten presente que los errores son parte del aprendizaje.

3. Usa afirmaciones para cambiar tus creencias Usar afirmaciones positivas, pero con realismo, nos ayuda a reescribir nuestras creencias limitantes sobre el dinero. En la medida en que nos enfoquemos en lo bueno, podremos tener mejores resultados.

4. Cuida tu entorno para proteger tu mente El entorno es fundamental. Dale importancia a quién escuchas, con quién te relacionas y qué lees. Si te rodeas de personas con una mentalidad de escasez o con miedo a invertir, es probable que te contagies.

Todo nos influye, lo queramos o no. Así que procura cuidar de ti, desde la cabeza hasta los pies.

La nueva identidad financiera y próximos pasos

El cambio duradero no viene de un truco o un secreto, sino de un cambio de identidad. Y casi te puedo asegurar que todos deberíamos aspirar a uno.

Me baso en algo que puedes comprobar fácilmente: la gran mayoría de la población, no solo en República Dominicana, sino también en México, Colombia, España y hasta en Estados Unidos, tiene el mismo problema.

A la gente no le alcanza el dinero. Y muchas veces no es un tema de ingresos, sino mental. No reciben educación financiera en la escuela y, por ende, no saben administrar sus recursos ni tienen la mentalidad adecuada para lograr buenos resultados.

El país más poderoso del mundo sufre las mismas dolencias que casi cualquier país latinoamericano. En Estados Unidos, cerca del 60 % de la población no tiene $1,000 para cubrir una emergencia. Viven de cheque en cheque, gastando todo lo que ingresan, igualito que aquí, ¿a que no?

¿Ves? No es solo cuestión de tener más ingresos, es la relación con el dinero. No es solo la sociedad en la que nacemos, sino lo que hacemos con nuestros recursos.

De la mentalidad de escasez a la mentalidad de abundancia

Para lograr un cambio real, debemos identificar y derribar las barreras internas que nos frenan.

  • Creencias limitantes sobre el dinero: ¿Crees que «el dinero es malo» o que «los ricos son avaros»? Estas ideas, a menudo inconscientes, te impiden prosperar.
  • Bloqueos mentales con el dinero: ¿Sientes ansiedad cada vez que revisas tu cuenta bancaria? Ese es un bloqueo que necesitas superar.
  • Miedo a invertir: El miedo a perder dinero es natural, pero si te paraliza, te está costando tu futuro. Una mentalidad fuerte entiende que el mayor riesgo es no hacer nada.
  • Autosabotaje financiero: ¿Cada vez que tienes un dinero extra, sientes la necesidad de gastarlo inmediatamente? Eso es autosabotaje.

El objetivo es transitar de una mentalidad de escasez, que ve límites en todas partes, a una mentalidad de abundancia, que ve oportunidades.

Cómo construir tu nueva identidad financiera

Reprogramar tu mente no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere tiempo, intención y práctica. Aquí tienes tus próximos pasos:

  1. Cuestiona tus creencias sobre el dinero: Pregúntate de dónde vienen. ¿Son realmente tuyas o las heredaste?
  2. Desarrolla tu inteligencia emocional financiera: Antes de cada gasto, haz una pausa y reconoce la emoción que sientes. ¿Es necesidad o es ansiedad?
  3. Empieza a cambiar tus hábitos financieros: Comienza con algo pequeño, como registrar tus gastos durante una semana. La acción construye la nueva identidad.

Este es el camino para alcanzar el verdadero éxito financiero, que no es más que la paz mental y el control sobre tu vida, yo le llamo «Finanzas con Libertad».

¿Qué es el círculo de la pobreza y cómo salir de él?

El círculo de la pobreza es un ciclo vicioso donde la falta de recursos y oportunidades perpetúa la carencia de generación en generación.

Es, básicamente, lo que explica por qué gente que nace pobre, a menudo muere pobre. Y por cierto, es algo que se puede evitar, romper y cambiar.

¿Cómo funciona?

  • Nacimiento en pobreza: las familias crecen en entornos con pocos recursos y educación limitada.
  • Escaso acceso a educación: una baja calidad educativa impide desarrollar habilidades para progresar.
  • Empleo precario y bajos ingresos: trabajos mal pagados no permiten el ahorro ni la inversión, producto de capacidades de baja calidad que fueron provocadas, ¿por qué?, por la propia educación precaria.
  • Salud y nutrición deficientes: una mala alimentación y el acceso limitado a la salud reducen la productividad. Somos lo que comemos, nos guste o no.
  • Herencia de carencias: los hijos repiten las mismas limitaciones, quedando atrapados en el ciclo. ¿O por qué crees que los hijos de personas que tuvieron hijos a temprana edad a menudo hacen exactamente lo mismo al crecer?

¿Cómo romper el ciclo?

Romper el círculo de la pobreza no depende de un solo factor. Requiere intervenciones integrales que aborden educación, empleo, salud y equidad social.

Pero, vaya, vaya. Muchas de esas cosas nosotros no las podemos controlar. Es más, son muy pocas las que sí podemos. Y otra vez, todo empieza en la mente.

Una persona que no invierte en su educación es poco probable que salga de ese círculo. Pero también está el desarrollo de sus capacidades cognitivas. Literalmente, somos lo que comemos. Una persona que come porquerías, ¿qué va a pensar? Efectivamente, «porquerías».

El Estado sí debe involucrarse, pero, ¿adivina qué? Es algo con lo que no siempre podemos contar.

Entonces, bajo mi punto de vista, tenemos dos caminos:

  1. El camino fácil: esperar que alguien venga y me ayude. (Spoiler: es 99 % improbable).
  2. El camino difícil: tomar la responsabilidad de mi vida, asumir lo que puedo controlar y, a partir de ahí, crear la vida que yo considere, empezando todo por educarnos, es decir, por la mente.

Mi mayor ejemplo es mi madre: nació pobre y tuvo, inclusive, menos oportunidades que otros de sus familiares. Y no es que sea millonaria, pero es alguien sumamente inteligente y con estabilidad económica.

O sea, siempre podríamos darle un giro a nuestra vida o la bien llamada resiliencia, pero requiere un esfuerzo inconmensurable que muchas veces, y muchos de nosotros, no estamos dispuestos a realizar.

Define que es para ti la riqueza

La tarea más difícil que tenemos sin duda es encontrar nuestras propias convicciones en la vida sobre las cosas que son fundamentales, y la mente es lo que juega en tu favor o en tu contra.

Si siempre pensamos que podemos mejorar, todo irá para bien en el proceso de obtener la educación finciera necesaria para poder tener bienestar en la vida.

Entender y comprender que estilo de vida queremos tener, ese sería el objetivo mayor sobre todo y de ahí parte lo que haremos luego.

Y tú, Daury, ¿cómo aplicas el pilar de la «mentalidad financiera»?

Repito: para comprender lo que somos, necesitamos hacer un ejercicio constante de introspección. Somos producto de nuestras experiencias, y la calidad de nuestros pensamientos viene de allí.

Todo empieza en la mente, no me cansaré de repetirlo. Y por eso considero que es lo primero en lo que debemos trabajar, quizás incluso asistiendo a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra.

Niño leyendo en el atardecer
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Detesto la mentira. Mi mayor virtud es también mi mayor defecto: la honestidad, que hoy en día parece ser un defecto.

Cultivar hábitos para desarrollar nuestra mente es lo que propicia que tengamos los pies en la tierra y que logremos resultados favorables en nuestra vida.

A modo de sugerencia, te puedo compartir algunas de las cosas que hago para mantener una mentalidad amplia sobre la vida:

  1. Leer y meditar. No es necesario leer un libro cada semana; es incluso contraproducente solo leer y no aplicar nada. Mejor lee 4 o 5 libros al año y aplica lo aprendido. Duda de lo que lees, investiga y analiza. Meditar está subestimado. Despejar mi mente durante 5 o 10 minutos varias veces al día es altamente gratificante.
  2. Comer bien. Mi dieta es predominantemente de origen vegetal (un 50-70 %). He aprendido y probado que consumir más vegetales, frutas y granos integrales, en lugar de tanta carne, es mejor para nosotros.
  3. Hacer ejercicio. Hago calistenia 3 o 4 veces por semana, corro en el malecón 1 o 2 veces por semana e intento mantenerme activo a lo largo del día con caminatas.
  4. Aprender constantemente. Soy de los que piensan que el conocimiento no ocupa espacio, yo creo que tenemos 17 mil millones de gigas en la cabeza disponibles para que me entiendas. Mientras más aprendo, siento que tengo más espacio. Mi sugerencia es que te mantengas aprendiendo.

Si te fijas, es justamente lo que abogo en Holentia. No se trata de tener todas estas áreas al 100 % siempre, sino de buscar lo que a partir de hoy debe ser tu palabra favorita: equilibrio.

Una gran cantidad de personas le llaman «trabajar para comer». Yo le llamo ignorancia pura y dura, y a veces mediocridad. Es, precisamente, vivir el día a día, de cheque en cheque, sin pensar en el futuro.

Se convencen, erróneamente por supuesto, de que «mañana lo conseguirán» o «alguien me ayudará», y por eso lo gastan todo hoy. Si te fijas, el problema es puramente de nuestra mente.

Evidentemente, hay cosas que no podemos controlar. Ya hablé del círculo de la pobreza, pero, ¿adivina qué? Se puede salir de allí con esfuerzo y disciplina.

Cierto es que no todos podríamos tener las mismas oportunidades, sino sólo piensa en lo que viven las personas en Gaza o Ucrania. Cada uno de nosotros tiene su propio camino que recorrer. Existe un fenomeno que hasta que no lo entendemos no logramos salir adelante ademas, y es que cada cosa que hacemos nos prohíbe hacer otras porque el tiempo es el que es, y no es infinito y tampoco los recursos, y eso es el coste de oportunidad.

Por cierto, si me estás leyendo, estás en el 90 % de las personas que sí podrían lograr un cambio. Pero no se basa solo en desear que las cosas pasen; hay que hacer que pasen. Por eso hablo tanto del esfuerzo, la disciplina, el optimismo y la perseverancia.

Ahora que has fortalecido tu mente, es hora de aplicarlo a tus acciones. Te sugiero leer nuestro segundo pilar: Aprende a gastar el dinero y vive mejor.

Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.

Nos vemos o nos leemos, palabra. – Daury DiCaprio

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