Ahorrar es difícil, pero vivir sin dinero lo es más

Ahorrar no es fácil.

Decir que sí a un propósito implica decirle «no» a mil placeres momentáneos.

Pero vivir sin dinero… eso sí que es difícil.

La ansiedad de no saber si podrás pagar el alquiler. La impotencia de ver una oportunidad y no tener cómo tomarla. El cansancio de empezar cada mes desde cero.

Elige tu dificultad. Porque ahorrar, aunque sea difícil, es más fácil que vivir sin dinero. Elige con sabiduría.

La vida no te quita la dificultad: te deja elegir cuál quieres enfrentar.

Este artículo te mostrará por qué el sacrificio de ahorrar es temporal, mientras que el dolor de no tener dinero es permanente.

ahorrar es dificil y los problemas economicos tambien por no tener dinero
Photo by Kelly Sikkema on Unsplash

Existen dos caminos: el dolor del ahorro o el dolor de la precariedad

Si de algo estoy convencido, es de que el ahorro es una estrategia de vida. Y como hemos hablado, de nada sirve solo «ahorrar» sin invertir.

Sin embargo, el acto de ahorrar requiere:

  • Decir «no» al impulso por querer cosas.
  • Postegar una recompensa.
  • Sentarse a planificar los gastos.
  • Resistir la presión social.

Y sí, duele. Pero duele únicamente hoy. Mañana, te ofrece libertad.

El otro camino es el de la vida precaria.

  • Trabajas, cobras y, en un par de días, ni sabes a dónde fue tu dinero.
  • Vives con miedo e ira ante cada imprevisto.
  • No puedes decir «no» cuando sí quisieras, porque ¡vaya!, es la moda y todo el mundo lo hace.
  • Sientes culpa por gastar a lo loco.
  • Ves a otros avanzar y tú sigues en el mismo círculo vicioso de «sobrevivir».

Este camino no duele solo hoy. Te pasa la factura y, cada año, te hunde más.

Elige con sabiduría. Es tu decisión.

La psicología del ahorro (por qué cuesta tanto)

Ahorrar va contra la biología de nuestro cerebro.

A nuestro cerebro —y no importa si tienes dinero desde la cuna o si siempre has tenido carencias— le encanta y busca el placer inmediato que produce la dopamina.

El ahorro, por el contrario, exige una recompensa diferida. O sea, se vale del propósito y la paciencia.

Comprender esta diferencia es lo que hace que muchos fallemos a la hora de ahorrar. No necesariamente porque seamos malos con los números, sino porque nunca entendemos cómo funciona realmente nuestra mente.

«Cada peso ahorrado no es dinero guardado; es disciplina entrenada.»

Claves mentales para resistir el impulso

  • Nombra tu meta. Dale un sentido, un propósito.
  • Automatiza el ahorro. Evita la tentación diaria.
  • Celebra el progreso, no la perfección. Es mejor ser constante ahorrando 1,000 pesos todos los meses que frustrarse por no llegar a un monto «ideal».
  • Piensa en tu “yo futuro” como otra persona que depende de ti. Esto me ayudó mucho.

Sé que se habla mucho de «vivir el momento» —yo soy uno de esos—, pero no olvides la palabra mágica: equilibrio.

No destruyas tu mañana por vivir el hoy.

El costo invisible de vivir sin ahorro

Muchas personas, por estar pendientes de «vivir la vida» y «disfrutar el momento», no son conscientes de lo que significa realmente vivir sin dinero ahorrado.

«Vivir sin dinero no es gratis; te cobra con estrés.»

Costos emocionales

  • Estrés constante por imprevistos.
  • Ansiedad al abrir la cuenta bancaria.
  • Sentimiento de culpa o impotencia por esa última compra emocional.

Costos sociales

  • Menos opciones: no puedes invertir, viajar, emprender o decir “no” a lo que no te conviene.
  • Dependencia: de familiares, parejas o empleos que no disfrutas. Y esto lleva a una vida triste, te lo aseguro.

Costos mentales

hombre con dinero en frente a la cara probleas y mitos sobre el dinero
Foto de Travis Essinger en Unsplash

Vivir en modo supervivencia te impide pensar a largo plazo.

Cuando tu cerebro está ocupado en “cómo llegar a fin de mes”, no puede crear, aprender ni planear.

Muchas personas creen que otros que han conseguido estabilidad financiera lo han hecho porque son superdotados. Nada más lejos de la realidad.

El estrés financiero es hoy una de las principales causas de ansiedad y baja productividad.

Simplemente, son personas que, al tener tranquilidad mental, pueden encontrar soluciones a problemas comunes y monetizarlas.

El precio de no ahorrar es vivir atrapado en decisiones que no elegiste.

El ahorro como rebelión silenciosa

Ahorrar, aunque sea poco, es un acto de rebeldía en un sistema que te quiere gastando. Pero no hablo del gobierno; hablo de tu propia mentalidad.

Es decirle al mundo:

«No necesito demostrar mi valor con cosas, porque mi libertad vale más.»

Cada peso que guardas es una declaración de independencia.

Ahorrar no te hace tacaño ni avaricioso. Te hace libre.

¿O crees que es casualidad que yo hablo de «Finanzas con Libertad»?

Elige tu dificultad (el ejercicio central)

Cierra los ojos y piensa en estas dos dificultades:

SituaciónDificultad A (Ahorro)Dificultad B (Precariedad)
Comprar algo que quieresEl dolor de no tenerlo hoyEl dolor de no poder tenerlo nunca
Gastar sin controlRenunciar al placer momentáneoCulpabilidad y estrés futuros
Ahorrar con disciplinaEl sacrificio presenteLa tranquilidad futura

Ambas duelen. Pero una construye y la otra destruye. Elige con sabiduría.

Cómo hacer que tu «difícil» sea más ligero

No necesitas grandes cantidades para empezar. La clave es la constancia y la perseverancia.

  • Anota tus logros. Crea un ritual visual. Siempre hablo de visualizar: si ahorro 1,000 pesos todos los meses, ¿cuánto tendré en un año?
  • Recompénsate por tu control, no por tu gasto.
  • Rodéate de gente con mentalidad de crecimiento. Eres el promedio de las 5 personas con las que te juntas. No te digo que eches a la basura a tus amistades, sino que sepas identificar una opinión sesgada y tengas tu propio criterio.
  • Piensa en el largo plazo. Cada pequeño ahorro es una semilla de libertad futura. Si quieres un cambio de aquí a 5 años, necesitas actuar en virtud de ello.

Dato: Según estudios del Banco Mundial, más del 60 % de los latinoamericanos vive sin un fondo de emergencia.

La vida no se trata de evitar la dificultad

No se trata de tener millones ni de tener miedo a quedarte sin nada. Todo extremo es maligno.

Yo siempre evoco una palabra que intento que quienes me escuchan también adopten: equilibrio.

«Ahorrar duele un rato. No tener dinero duele toda la vida.»

Y por eso hablo, precisamente, de equilibrar nuestros deseos, nuestro estilo de vida y nuestros objetivos.

El caso de Joel

Joel, de 29 años, decía: “No puedo ahorrar, gano muy poco.”

Un día, decidió apartar $300 pesos semanales. No cambió su vida ese mes, pero cambió su mente.

Hoy tiene 18 meses seguidos sin faltar, y dice:

«Ahora me cuesta más no ahorrar que ahorrar.»

Y así habrá muchas personas. Hasta que no lo intentas, no te das cuenta de lo que eres capaz de hacer.

«La pobreza mental no se mide en dinero, sino en resignación.»

Hazte las preguntas necesarias

No tienes que decírmelo a mí. El 70 % de la población tiene problemas económicos. Pero pregúntate a ti mismo:

  • ¿Qué dificultad estoy eligiendo hoy, consciente o inconscientemente?
  • ¿Cuántas veces gasto solo para escapar del estrés que me causa no ahorrar?
  • ¿Qué quiero sentir el próximo mes: culpa o tranquilidad?
  • ¿Qué puedo empezar a guardar hoy, aunque sea simbólico?

Empieza hoy. Elige el esfuerzo que te construye, no el que te destruye.

Espero que todo vaya bien, que todo vaya chévere. Es dura la vida, vibra bueno. #verygoodforlife.

Nos vemos o nos leemos, palabra. — Daury

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